México
Rendija de esperanza para la región metropolitana
Sigue el programa de obras viales que no tienen congruencia ni garantizan el futuro de una vialidad que mejore la calidad de vida y garantice un modelo ideal de metrópoli
Es evidente la falta de promoción para el desarrollo económico, dispersión irreverente y desordenada del desarrollo urbano, falta de una política que manejara armónicamente la vialidad, garantizando el futuro de cuando menos los próximos 20 años, mediante un criterio vial de primer mundo que permitiera una movilidad urbana eficiente, humana y no el caos actual donde estamos inmersos.
Sigue el programa de obras viales que no tienen congruencia ni garantizan el futuro de una vialidad que mejore la calidad de vida y garantice un modelo ideal de metrópoli. A propósito de obras de dudosa valía con defectos palpables, está el paso a desnivel del Fraccionamiento Revolución, cerca de la Glorieta del Álamo, que en la incorporación de tránsito con Avenida Lázaro Cárdenas tiene un diseño defectuoso y peligroso, donde desgraciadamente habrá muchos accidentes; del puente colgante atirantado de Lázaro Cárdenas y López Mateos ya ni hablemos, tan fácil que hubiera sido tomar el modelo de tantos puentes eficientes en diferentes lugares del mundo.
Sin embargo, la rendija de luz y esperanza que se deja ver es basada en un suceso que desde que tengo uso de razón nunca había sucedido en Guadalajara, donde los municipios que integran la región metropolitana con sus alcaldes, por primera vez se unieron y están dispuestos a coordinarse en las tareas más importantes de esta región, para lograr un verdadero modelo de metrópoli que garantice la calidad de vida que merecen sus habitantes.
Los alcaldes Jorge Aristóteles de Guadalajara, Héctor Vielma de Zapopan, Enrique Alfaro de Tlajomulco, Miguel Castro de San Pedro Tlaquepaque, Lucio Carrero de Juanacatlán, Antonio Mateos de Tonalá, Gerardo González de El Salto y Carlos Méndez de Ixtlahuacán, han unido criterios acordando un convenio para la creación del Instituto Metropolitano de Planificación, que le encargaron coordinar y consolidar a Miguel Castro.
Esto nunca había pasado, siempre ocurrían disputas entre los ayuntamientos, ahora se unieron en la iniciativa de creación de este Instituto, que garantiza la coordinación metropolitana, concepto propuesto por Enrique Alfaro cuando fue diputado y sirvió de base la Ley existente que debe tener algunos ajustes.
La función del Instituto Metropolitano será marcar el criterio armónico de desarrollo de la región metropolitana, para disminuir el desorden actual en que vivimos, naturalmente que los criterios y las obras propuestas por este Instituto tendrán que ser exentas de
politiquerías, integrado por un conjunto de expertos multidisciplinarios.
Las obras propuestas serían ejecutadas por los Ayuntamientos, los cuales no perderían su autoridad pero tendrían un desarrollo armónico entre los ocho municipios, que garantice el éxito del desarrollo del modelo de región metropolitana.
La estrategia de los proyectos producirá desarrollo ambiental positivo, desarrollo exitoso socioeconómico, regionalización, movilidad armónica e integral incluyendo la no motorizada, prioridad al peatón, al transporte colectivo adecuado. Esto garantizará la calidad de vida en la región metropolitana.
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