México
¡Que les faltan mil millones de pesos!
Pero si en lugar de ello se está pensando en organizar una fiesta de 15 días —como los organizadores le llaman—, me parece que las prioridades están en otro lado
Aunque resulte difícil de aceptar, continuamos siendo un país tercermundista, empero, de ahí a que no se haya planeado un evento de la magnitud con que lo han venido “cacaraqueando” por radio y televisión, existe una gran diferencia, pues no estamos hablando de imprevistos —que siempre surgen en toda organización—, de pequeños gastos que de un modo o de otro se pueden llegar a cubrir, sino de una cantidad que vamos a tener que pagar los contribuyentes, o sea usted y un servidor.
Mil millones de pesos se dicen rápido, pero estamos hablando de una cantidad estratosférica con la cual podrían construirse por lo menos tres estadios deportivos, una gran cantidad de escuelas o de casas para gente sin recursos —no quiere decir que se las regalarían—, apoyar un sistema de movilidad de manera eficaz, pavimentar con material hidráulico otras 30 avenidas de la zona metropolitana, entre otras muchas acciones que se nos podrían venir a la mente y que son prioritarias y de beneficio para todos.
Pero si en lugar de ello se está pensando en organizar una fiesta de 15 días —como los organizadores le llaman—, me parece que las prioridades están en otro lado. Me queda claro que vivimos el año de precampaña electoral —si me apuran de campaña en todo su esplendor—, pero de ahí a que ahora nos informen que cuentan con un déficit de mil millones de pesos, me parece que es completamente desmesurado e inadecuado.
Esto no tiene nada que ver, ni contradice la importancia de la justa deportiva en cuanto a la conveniencia de que la mayoría de los seres humanos practiquemos un deporte, pues se trata de una necesidad física, pero tampoco es conveniente que nos quieran “dorar la píldora”, porque mil millones de pesos, por más que a diario oigamos la danza de los millones en la tele o el radio, es una suma más que cuantiosa, e independientemente de que ya se ande en campaña con el presupuesto de los Juegos, no podemos evitar pensar que también quieran hacer su alcancía.
Valdría la pena hacer una auditoria minuciosa —ya habrá tiempo— de todos y cada uno de los gastos realizados y por realizar, incluyendo las contrataciones de personal y equipo de trabajo.
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