México
Pura politiquería
Los políticos aún hablan de eliminar las drogas de la faz de la tierra como si su empleo fuera una plaga que azota a la Humanidad
Siempre es peligroso que la retórica condicione las políticas. Los políticos aún hablan de eliminar las drogas de la faz de la tierra como si su empleo fuera una plaga que azota a la Humanidad, por la sencilla razón de que no hay demanda de viruela, dengue o influenza. El cannabis, el opio y la coca se han cultivado durante milenios. Las metanfetaminas y otras sustancias sintéticas pueden producirse en cualquier sitio. La demanda de determinadas drogas ilegales se infla y desinfla dependiendo no sólo de la cantidad disponible en el mercado, sino también de las modas, de la cultura y de la competencia de otras alternativas de ocio y otros estimulantes.
La ilegalización ha vuelto a fracasar. En lugar de considerar la demanda de drogas prohibidas como un mercado y tratar a los adictos como pacientes, los líderes políticos no han hecho más que engordar las ganancias de los traficantes y fomentar narco-estados que harían temblar a Al Capone. Al final tendrá que imponerse una estrategia antidroga más realista e inteligente.
Aquí en Puerto Vallarta se llevó a cabo una más de las “Reuniones Estratégicas de Seguridad” con la asistencia de “expertos internacionales en la materia”, que para sorpresa han declarado: no conocer a fondo el problema (¡Gulp!), por lo tanto: no se atreven a opinar. Reuniones de “Blablablá”. Desde el gobernador Emilio González Márquez hasta presidentes municipales como Aristóteles Sandoval que se ha hecho acompañar del encargado de “Promoción Económica del Estado”. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?. Pura politiquería, sin el más mínimo recato. La seguridad les vale un puro gorro. Un fin de semana en Vallarta lo vale todo.
Genaro García Luna, Secretario de Seguridad Pública declara: “El promedio de sueldo de un policía municipal es de cuatro mil pesos mensuales”. El narco tiene en su nómina mensual 140 mil millones de pesos para ajustar, eso, que el Gobierno no les alcanza a cubrir. O sea… Cuando un aspirante a policía no logra pasar el examen de admisión, termina de chofer de microbuses. Más o menos igual de cafres y mal “educados”. Por ahí comencemos señores la verdad…verdad.
Síguenos en