México

Priorizan el efecto mediático

Por fortuna, también hemos podido llevar adelante los proyectos que nos propusimos y seguramente lo haremos con los que tenemos en puerta

Es de humanos —y dicen que de gente de bien— reconocer cuando uno se equivoca, y en este caso debo reconocer mi error. Me equivoqué al juzgar como un detalle de educación y signo de buenas relaciones futuras, el que el gobernador del Estado, Emilio González, me llamara para disculparse porque no podría asistir a la toma de protesta de la nueva mesa directiva de Comunicación Cultural, A.C., argumentando una comida en el Distrito Federal, con el Presidente Felipe Calderón Hinojosa.

En su amable conversación, el gobernador me deseó toda clase de éxitos “en la difícil encomienda que hoy habrás de tomar, y no dudes que contarás con mi apoyo en lo que sea necesario en beneficio de los periodistas, por lo que me gustaría que los miembros de Comunicación Cultural me aceptaran una reunión desayuno en Casa Jalisco, para conocer de sus proyectos y buscar la manera de apoyarlos”, palabras más, palabras menos; así quedamos, su voz denotaba amabilidad y ningún dejo de hipocresía, no obstante, hoy —luego de meses y meses— debo de reconocer que me equivoqué.

Por supuesto que nos volvimos a ver, ya sea en Casa Jalisco o en alguna de sus ruedas de prensa y/o giras mediáticas, pero de su propuesta, ni media palabra. Afortunadamente casi todos los miembros de Comunicación Cultural hemos podido sufragar nuestro desayuno diario —y el de nuestras familias—, porque si estuviéramos esperanzados a recibir la invitación de un político, entonces sí que la situación sería grave.

Por fortuna, también hemos podido llevar adelante los proyectos que nos propusimos y seguramente lo haremos con los que tenemos en puerta.

Y aunque con el apoyo de la autoridad habría sido menos difícil, hoy podemos afirmar con satisfacción que se ha podido hacer parte de lo que el gremio requiere, manteniendo la dignidad y respeto que todos los periodistas merecen.

Pero la cuestión no termina ahí, el tema de hoy viene a colación porque  en los albores del conflicto de Emilio González con la Universidad de Guadalajara, volví a caer en el garlito y cuando nos convocaron a constatar de la entrega del primer cheque expedido por la Secretaría de Finanzas a nombre de la Universidad, escribí en este mismo espacio que el acto debería de entenderse como un acto que demostraba —según yo— la buena disposición del Gobernante para evitar un  enfrentamiento con la cúpula de la UdeG, pero me volví a equivocar.

Seguramente el deseo de que no llegara el conflicto me llevó a escribir lo antes mencionado, sólo para que horas más tarde pudiera darme cuenta de que me había equivocado y había sido presa de un acto mediático de los que hoy en día acostumbra implementar Emilio González.
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