México
Políticos en la mira
A Silverio Cavazos Ceballos lo mataron en el territorio clave de Colima
Sea porque algunos ya forman parte de las estructuras criminales, o porque les aplican la dramática ley de “plata o plomo”, los políticos mexicanos han comenzado a aportar su cuota de vidas en la ola de violencia y asesinatos que afecta al país. Trece alcaldes ejecutados en lo que va del año, un candidato a gobernador y ahora el ex gobernador de un Estado acribillado a las puertas de su casa confirman que los políticos son ya uno de los blancos en la guerra contra las drogas, y que la violencia en su contra va escalando, mientras se observa una ausencia total de Estado y una impunidad total.
A Silverio Cavazos Ceballos lo mataron en el territorio clave de Colima, principal aduana de la entrada de precursores químicos al país para la producción de metanfetaminas y territorio bajo control del favorecido Joaquín “El Chapo” Guzmán. Su ejecución parece más obra de gatilleros a sueldo que de sicarios del narco, por la forma en que lo asesinaron, pero en todo caso no deja de ser un “ajuste de cuentas”, por más que el gobernador, Mario Anguiano —señalado en su campaña por los vínculos de familiares suyos con el narco— pretenda negar lo evidente.
Como en la Colombia de los ochenta y noventa, el escalamiento de la violencia política es claro y cada vez toca a niveles políticos y de gobierno más altos. Y ante la ausencia de Estado que investigue y esclarezca los asesinatos —nada se sabe del crimen contra el candidato priista en Tamaulipas, Rodolfo Torre, siete meses después—, las ejecuciones de políticos se vuelven materia de especulación: ¿Lo mataron por estar involucrado, o porque se resistió a colaborar con ellos?
El problema en esta espiral de violencia, en la que empiezan a caer gobernantes que se supone cuentan con resguardo y seguridad, es que si ni la clase política está a salvo, los ciudadanos de a pie quedan entonces en la total indefensión.
El Gobierno de Calderón sólo ha tenido hasta ahora “condenas enérgicas” contra esas ejecuciones, pero se ve totalmente incapaz y rebasado cuando se trata de esclarecerlas y aplicar la justicia. La opinión pública se divide y hay desde los que también condenan y se preocupan por el escalamiento de la violencia, hasta las opiniones del público en foros y páginas de internet que celebra “el exterminio de los políticos”. Pero todos se plantean las mismas inquietantes e inciertas preguntas: ¿Qué sigue, quién sigue?
NOTAS INDISCRETAS… Ramírez Acuña niega ir tan atrás en la contienda por el PAN y afirma que, junto a Gustavo Madero y Roberto Gil, puntea en las intenciones de voto de los consejeros “con al menos 100 votos” para el 4 de diciembre. “Ésta será una elección a tres tercios”, dice el diputado y ex gobernador de Jalisco, que ha recorrido el país en su proselitismo con los consejeros del PAN… Los dados mandan Serpiente. Mal comienza la semana.
A Silverio Cavazos Ceballos lo mataron en el territorio clave de Colima, principal aduana de la entrada de precursores químicos al país para la producción de metanfetaminas y territorio bajo control del favorecido Joaquín “El Chapo” Guzmán. Su ejecución parece más obra de gatilleros a sueldo que de sicarios del narco, por la forma en que lo asesinaron, pero en todo caso no deja de ser un “ajuste de cuentas”, por más que el gobernador, Mario Anguiano —señalado en su campaña por los vínculos de familiares suyos con el narco— pretenda negar lo evidente.
Como en la Colombia de los ochenta y noventa, el escalamiento de la violencia política es claro y cada vez toca a niveles políticos y de gobierno más altos. Y ante la ausencia de Estado que investigue y esclarezca los asesinatos —nada se sabe del crimen contra el candidato priista en Tamaulipas, Rodolfo Torre, siete meses después—, las ejecuciones de políticos se vuelven materia de especulación: ¿Lo mataron por estar involucrado, o porque se resistió a colaborar con ellos?
El problema en esta espiral de violencia, en la que empiezan a caer gobernantes que se supone cuentan con resguardo y seguridad, es que si ni la clase política está a salvo, los ciudadanos de a pie quedan entonces en la total indefensión.
El Gobierno de Calderón sólo ha tenido hasta ahora “condenas enérgicas” contra esas ejecuciones, pero se ve totalmente incapaz y rebasado cuando se trata de esclarecerlas y aplicar la justicia. La opinión pública se divide y hay desde los que también condenan y se preocupan por el escalamiento de la violencia, hasta las opiniones del público en foros y páginas de internet que celebra “el exterminio de los políticos”. Pero todos se plantean las mismas inquietantes e inciertas preguntas: ¿Qué sigue, quién sigue?
NOTAS INDISCRETAS… Ramírez Acuña niega ir tan atrás en la contienda por el PAN y afirma que, junto a Gustavo Madero y Roberto Gil, puntea en las intenciones de voto de los consejeros “con al menos 100 votos” para el 4 de diciembre. “Ésta será una elección a tres tercios”, dice el diputado y ex gobernador de Jalisco, que ha recorrido el país en su proselitismo con los consejeros del PAN… Los dados mandan Serpiente. Mal comienza la semana.
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