México
Plagio de Diego es acto terrorista, dice Movimiento Blanco
Activistas señalan que los secuestradores muestran un discurso político explícito
- ''El Jefe'' Diego está de regreso
- Abogado de Diego califica a
secuestradores como 'grupo poderoso'
- López Obrador ve con gusto liberación de Diego
- Diego descarta pretender candidatura presidencial
- El PRI demanda aclarar si plagio de Diego
tiene 'tintes políticos'
CIUDAD DE MÉXICO (21/DIC/2010).- El secuestro de Diego Fernández de Cevallos "significa un salto cualitativo del movimiento terrorista en México", ya que el grupo que está detrás de su plagio, tras reivindicar el delito con un discurso ideológico y emitir un comunicado con una declaración abierta de guerra contra el Estado mexicano, sólo puede ser calificado de esta forma y el Gobierno tiene que reconocerlo para enfrentarlo.
Los integrantes del llamado Movimiento Blanco, que encabezan Guillermo Velasco Arzac y José Antonio Ortega Sánchez, fijaron así su posición ante el secuestro del panista que tiene el mismo corte que el perpetrado contra el empresario Eduardo García Valseca en 2007, por lo que no es posible descartar que se trata de una misma organización.
Estos activistas señalaron en conferencia de prensa que "la convergencia entre grupos terroristas como éste y la violencia sin precedentes del crimen organizado, México ha entrado en una ruta que puede conducirnos a la condición de Estado fallido".
Los integrantes de la organización no gubernamental sostuvieron que en la privación ilegal de la libertad de Fernández de Cevallos "se ha demostrado fehacientemente cómo un acto de un grupo terrorista, ante el discurso de los secuestradores en sus comunicados y su modus operandi (...) con un significado político explícito".
Recordaron que "hasta abril de 2009, los terroristas cometían secuestros pero no los reivindicaban, aunque tampoco les importaba dejar huellas sutiles de su identidad.
"En abril de 2009, la Tendencia Democrática Revolucionaria -una escisión del EPR- hizo lo que ningún grupo terrorista había hecho: admitir la comisión de plagios, si bien no especificó cuáles cometió".
En este escenario, Ortega Sánchez dijo que "el Estado mexicano ha fallado, a pesar de sus esfuerzos, en su obligación primordial de garantizar la seguridad pública, en impedir la proliferación de las milicias, sean ‘ejércitos' de sicarios del crimen organizado o grupos terroristas con discurso ideológico y político".
- Abogado de Diego califica a
secuestradores como 'grupo poderoso'
- López Obrador ve con gusto liberación de Diego
- Diego descarta pretender candidatura presidencial
- El PRI demanda aclarar si plagio de Diego
tiene 'tintes políticos'
CIUDAD DE MÉXICO (21/DIC/2010).- El secuestro de Diego Fernández de Cevallos "significa un salto cualitativo del movimiento terrorista en México", ya que el grupo que está detrás de su plagio, tras reivindicar el delito con un discurso ideológico y emitir un comunicado con una declaración abierta de guerra contra el Estado mexicano, sólo puede ser calificado de esta forma y el Gobierno tiene que reconocerlo para enfrentarlo.
Los integrantes del llamado Movimiento Blanco, que encabezan Guillermo Velasco Arzac y José Antonio Ortega Sánchez, fijaron así su posición ante el secuestro del panista que tiene el mismo corte que el perpetrado contra el empresario Eduardo García Valseca en 2007, por lo que no es posible descartar que se trata de una misma organización.
Estos activistas señalaron en conferencia de prensa que "la convergencia entre grupos terroristas como éste y la violencia sin precedentes del crimen organizado, México ha entrado en una ruta que puede conducirnos a la condición de Estado fallido".
Los integrantes de la organización no gubernamental sostuvieron que en la privación ilegal de la libertad de Fernández de Cevallos "se ha demostrado fehacientemente cómo un acto de un grupo terrorista, ante el discurso de los secuestradores en sus comunicados y su modus operandi (...) con un significado político explícito".
Recordaron que "hasta abril de 2009, los terroristas cometían secuestros pero no los reivindicaban, aunque tampoco les importaba dejar huellas sutiles de su identidad.
"En abril de 2009, la Tendencia Democrática Revolucionaria -una escisión del EPR- hizo lo que ningún grupo terrorista había hecho: admitir la comisión de plagios, si bien no especificó cuáles cometió".
En este escenario, Ortega Sánchez dijo que "el Estado mexicano ha fallado, a pesar de sus esfuerzos, en su obligación primordial de garantizar la seguridad pública, en impedir la proliferación de las milicias, sean ‘ejércitos' de sicarios del crimen organizado o grupos terroristas con discurso ideológico y político".
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