México
Piden otorgar más poder al ciudadano
El diputado petista Jaime Cárdenas Gracia señala que el proyecto del Presidente no fortalece al Congreso
Señala que el proyecto de la reforma política que inició el Presidente no fortalece al Congreso, y en contraparte, tiende a dar más poder al Ejecutivo, es ajeno a un rediseño del sistema de Gobierno y el paquete de iniciativas es muy limitado.
Jaime Cárdenas Gracia, constitucionalista que ha sido miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, y ex consejero del IFE, en la bancada del Partido del Trabajo es uno de los legisladores que a la vez pertenecen al movimiento social de Andrés Manuel López Obrador.
“Al ciudadano hay que darle poder, pero en serio”, comenta Cárdenas Gracia, entrevistado en su oficina del Palacio Legislativo de San Lázaro.
—¿Se puede fortalecer el Congreso con esta reforma?
—La forma de eficientar al Congreso no está en reducir el número de legisladores ni el costo del Congreso. Para fortalecer a las cámaras legislativas hay que darle fuerza a las comisiones, aumentar las obligaciones de sus integrantes, diputados o senadores.
—Si la iniciativa se queda corta, ¿el PT qué aportaría?
—La reelección podríamos valorarla, con la eliminación del financiamiento privado y revocación de mandato. Y nos preocupa mucho la segunda vuelta, pues el poder de la televisión, las dos grandes televisoras, sobre todo Televisa, va a definir el resultado. Hay que romper el duopolio.
—La propuesta de democracia directa no gusta al PT
—Queremos todos los mecanismos de participación ciudadana, no sólo el plebiscito y la iniciativa ciudadana; debe ir la revocación de mandato, el gasto participativo, las acciones ciudadanas de inconstitucionalidad. O sea, hay que darle al ciudadano poder, pero en serio.
—Si la iniciativa es limitada, ¿qué intención tiene el Ejecutivo?
—Legitimarse. Va de fracaso en fracaso de sus programas de Gobierno, en empleo y en seguridad, por ejemplo. La propuesta es un guiño a sectores políticos para encontrar formas de legitimación; busca simpatía social con cuidado de no enfrentar a los monopolios.
—¿De fracasar la reforma política, el Ejecutivo culparía al Congreso?
—Eso va a hacer. Si tanto le interesó a Felipe Calderón la reforma política, por qué no la propuso al principio del sexenio y la envía al final. Por eso la oposición debe impulsar metas ambiciosas. Si el PRI quisiera, con la izquierda podríamos sacar importantes reformas sobre el Estado laico, normas anticorrupción, en materia de radio y televisión, en telecomunicaciones, en democracia participativa y derechos humanos. Podríamos rebasarlo por la izquierda.
—¿Cómo formar un frente que enriquezca el debate?
—La izquierda primero debe aclarar qué asuntos le interesan más. Podemos elaborar nuestro decálogo propio, seguros de que tendríamos respuesta muy favorable entre los priistas. Incluir reformas en serio al Congreso y al Poder Judicial; votar la autonomía municipal, impulsar los derechos económicos y culturales. Sin embargo, nos preocupa que áreas del PRI, el partido que tiene la mayoría de los votos, estén aprisionadas por los poderes fácticos.
Los cambios que vienen
¿Qué se discute?
El Presidente Calderón hizo llegar su iniciativa el pasado 15 de diciembre. Tanto el PAN como el PRI están trabajando sus respectivas propuestas. Se trata de una batería de cambios a la Constitución federal.
¿Dónde se discute?
La iniciativa de Calderón fue remitida al Senado, que será el órgano legislativo en el que se concentrarán las discusiones iniciales. Sin embargo, lo que apruebe el Senado deberá ser luego aprobado también por la Cámara de Diputados y por la mayoría de los congresos locales. La ruta es larga y puede resultar azarosa, pero la definición primera —la más relevante— está en la cancha del Senado.
¿Porqué es importante?
El Estado mexicano sigue funcionando, en ciertos sectores, como hace medio siglo. No ha evolucionado; se ha quedado estático. Se debe dotar de herramientas distintas, más modernas y eficaces, a nuestros poderes públicos. Debemos definir con precisión qué le toca hacer a cada uno de ellos y cuál es la ruta para que lleve a cabo sus tareas.
¿Dónde está el núcleo duro de la discusión?
La parte más importante de la iniciativa del Presidente Calderón y, por lo que han declarado, de las que están preparando el PRI y el PRD, se refiere a la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo. Esa relación debe conducirse con una lógica distinta, con incentivos para la cooperación y no para el enfrentamiento, con ventanas que abran el diálogo y no que lo cierren.
¿Dónde se podrá seguir el debate?
La ventaja de las nuevas tecnologías y de la era de la transparencia es que podemos seguir las discusiones políticas desde muchos espacios. Uno de ellos será el Canal del Congreso.
¿Cuánto tiempo tienen para aprobar las modificaciones?
Aunque no hay un tiempo prefijado de antemano, se estima que deberá quedar resuelto antes de que termine el periodo ordinario de sesiones, el 30 de abril. Eso sería lo ideal para poder procesarlos antes de la avalancha de procesos electorales locales en las 12 entidades federativas que tendrán renovación de sus poderes durante este año.
¿Qué no es la reforma del Estado?
En las discusiones por venir no se van a incluir temas relativos a políticas públicas sustantivas. La reforma del Estado no tiene que ver, en principio, con política fiscal, con reforma laboral, con el tema de los monopolios, con la política de infraestructura, etcétera.
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