México

Periodistas asesinados

Los periodistas mexicanos no tenemos motivos para celebrar hoy el 61o. aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

Los periodistas mexicanos no tenemos motivos para celebrar hoy el 61o. aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Hay graves razones para no festejar: en lo que va del año han sido asesinados nueve periodistas, al parecer por razones ligadas a la profesión de informar. Sus muertes son una radiografía de la violencia que como peste azota al país. Fueron victimados en Guerrero, Durango, Chihuahua, Coahuila y Veracruz.

La cifra no incluye el lamentable crimen de José Galindo, cometido en noviembre en Ciudad Guzmán. Ni a los cientos de lesionados, amenazados, difamados, extorsionados, secuestrados o con sus materiales destruidos.
En 2005 se perpetró la primera desaparición en este siglo de un periodista mexicano; desde entonces siete padecieron la misma desgracia.

En el sexenio de Vicente Fox y en lo que va de Felipe Calderón, los crímenes de periodistas han puesto a México en el nada honroso primer lugar del Continente americano. Los crímenes y quejas por violaciones a los derechos humanos de periodistas van en ascenso. Se les viola no sólo el derecho a la vida, sino otros como a la información.

De 2000 a julio de 2009 la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) documentó que 52 periodistas y trabajadores de los medios han sido asesinados, posiblemente por razones de su trabajo. Después de difundirse la recomendación, otros dos periodistas fueron victimados, en Durango y Chihuahua, y la cifra aumentó a 54.

En ese periodo se han registrado seis atentados con explosivos a instalaciones de medios informativos, indicó la CNDH: en Quintana Roo, Yucatán, Tamaulipas, Sonora y Sinaloa. El dato no incluye otras agresiones, como el baleo con armas de alto poder. Como ocurrió, por ejemplo, el 18 de agosto pasado al diario “El Sol de Torreón”, un día antes de que el organismo diera a conocer su recomendación.

¿Por qué se agrede a periodistas? Sobre todo por informar de dos rubros: abusos y corrupción de funcionarios públicos, y actividades de grupos delictivos, gubernamentales y civiles, en particular narcotraficantes. Ahí están los enemigos más violentos del periodismo.

Las “investigaciones” de las procuradurías estatales y la fiscalía especial de la PGR han sido un fracaso. Si se consideran sólo homicidios, desapariciones forzadas y ataques con explosivos a medios, desde el año 2000 se han registrado 65 casos. Sólo en nueve de éstos (13%) el juzgado de la causa dictó sentencia condenatoria, reportó la CNDH.

La descomposición política, social, económica y ética del país también se asoma en los impunes asesinatos de periodistas.
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