México
Percibir
La primera mitad del sexenio se dedicó a la conjugación del verbo unir
La primera mitad del sexenio se dedicó a la conjugación del verbo unir. En las históricas reuniones del salón de la Tesorería, en discursos de sobremesa, en mensajes a hombres de negocios, en declaraciones de guerra contra los narcotraficantes, en llamados para combatir la crisis económica, en convocatorias contra la epidemia de gripe, en todas las ocasiones posibles el verbo unir venía a llenar los vacíos frecuentes en el discurso presidencial. Con llamados a la unión se rellenaban huecos que la distancia y la realidad hacen más notorios.
Los mexicanos unidos saldremos adelante. En la unión está la fuerza. Nuestros enemigos quieren vernos desunidos. No les daremos el gusto, unámonos. En algún Bucareli documenté la frecuencia de tan insistentes llamados a la unidad y quizás a eso se deba un repentino cambio de verbo favorito que coincide, el cambio, con la iniciación del segundo y último tramo de este período de gobierno. Ahora está de moda percibir cosas, riesgos, peligros, agresiones, conjuras y campañas. Es una percepción, se dice, y a ese fenómeno mental colectivo se atribuyen los problemas no resueltos. No sabemos, no nos enteramos, no nos damos cuenta de los hechos que ocurren ante nuestros ojos. Percibimos.
Los primeros síntomas de percepción se manifestaron en el Presidente Felipe Calderón cuando declaró que no debemos hablar mal de México en el extranjero, porque generamos una pésima percepción de nuestro país.
La epidemia de percepción se contagia más aprisa que la del sarampión y ha enfermado a personas cercanas a don Felipe. Víctima temprana la señora Gloria Guevara Manzo dio señales de percepción al estrenarse como burócrata ante la prensa. Un periodista malvado, que los hay, le preguntó si el desplome del turismo es sólo una percepción y si el Gobierno federal trabaja un plan concreto para detener la fuga de turistas provocada por la violencia. “Sobre inseguridad no voy a hablar”, dijo doña Gloria. ¿Entonces sobre qué?, se preguntaron los colegas guardando los avisos de las agencias Yesawich y Partnership sobre 67% de cancelaciones de viajeros de los Estados Unidos y 87% de los de Canadá, por los crímenes y la inseguridad.
El dinero puede ser vehículo de contagio de la percepción, según la conducta errática del señor Ernesto Cordero, secretario de Hacienda, cuando dijo a los diputados: “Sin duda hemos hecho bien la tarea, hemos ganado credibilidad y tenemos la mitad de pobres que hace 20 años”. Más tardó en decirlo que los diputados en correr a vacunarse, apanicados por la enfermedad.
Alarmados los médicos ante la pandemia descubren que tal vez lo que padecía don Quijote era una percepción aguda que lo llevó a confundir molinos de viento con gigantes. Asombra el hecho de que el hombre haya llegado a la Luna y sin embargo la percepción siga siendo un padecimiento incontrolable que puede lesionar algunas células cerebrales. No se han registrado oficialmente casos tan extremos en México.
Dicen que en Canadá están probando una vacuna mejorada.
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