México
Peña: paternidad y golpes bajos
Los estrategas azules preparan una batería de obuses mediáticos contra el adversario político número uno de las fuerzas de izquierda y derecha
Los estrategas azules preparan una batería de obuses mediáticos contra el adversario político número uno de las fuerzas de izquierda y derecha. Y como en política todo se vale —igual que en el amor—, los “genios” del PAN recurrirán incluso a golpes bajos. Para nadie es novedad que PAN y PRD tienen en la mira al priista Enrique Peña Nieto, a quien desde López Obrador, pasando por no pocos priistas, y hasta el propio Felipe Calderón, pretenden derribar para impedir que llegue con vida política a 2012. En pocas palabras, hoy vivimos una moderna versión del “Todos Unidos contra..” Peña Nieto.
Lo nuevo son los obuses que tienen planeado lanzar los azules contra el gobernador mexiquense. Y además de que intentarán revivir sus vínculos con el ex gobernador Montiel, su relación con Carlos Salinas —de la cual, por cierto, no sale bien librado el PAN—, los estrategas de Acción Nacional no se detendrán en recurrir a los golpes bajos.
Tienen previsto hacer público un pasaje de la vida privada de Peña Nieto, que involucra el nacimiento de un hijo varón fuera de su matrimonio, concebido en los tiempos de campaña como gobernador del Estado de México y que falleció a los pocos días de nacido. La veracidad de la versión está fuera de duda.
Lo cuestionable —en todo caso— es que según el diseño mediático del golpe que pretenden lanzar contra Peña Nieto, la contienda político-electoral rumbo a 2012 parece entrar al terreno de la vida privada de los contendientes —lo cual resulta censurable por donde se le quiera ver—, sobre todo cuando los azules se dicen dispuestos a “romper el encanto” de la “pareja de telenovela” de Peña Nieto y su actual compañera, cuya boda no estaría lejos.
Y no es casual que todos los ojos del poder y la clase política estén puestos en Peña Nieto; que partidos y gobiernos lo vean con lupa. Y es que el mexiquense tiene el pulso de los movimientos del Gobierno federal, del PAN y el PRD. Y un ejemplo son las alianzas. El 5 de septiembre de 2009, cuando aún no había materia fiscal o presupuestal para negociar alianzas, Peña Nieto las denunció de manera pública.
Dijo en el mensaje de su Cuarto Informe: “Hoy, México requiere de congruencia. No se puede convocar a la unidad de propósitos y al mismo tiempo actuar con consignas electorales o intereses de corto plazo, con alianzas que sólo denotan ambiciones por el poder… en la auténtica política no hay espacio ni para las simulaciones ni para los dobles discursos”. El mensaje era para Felipe Calderón. Y la respuesta azul parece la del golpe bajo. Al tiempo.
En el camino
Dicen que en Los Pinos ya tienen “tapado”.
Lo nuevo son los obuses que tienen planeado lanzar los azules contra el gobernador mexiquense. Y además de que intentarán revivir sus vínculos con el ex gobernador Montiel, su relación con Carlos Salinas —de la cual, por cierto, no sale bien librado el PAN—, los estrategas de Acción Nacional no se detendrán en recurrir a los golpes bajos.
Tienen previsto hacer público un pasaje de la vida privada de Peña Nieto, que involucra el nacimiento de un hijo varón fuera de su matrimonio, concebido en los tiempos de campaña como gobernador del Estado de México y que falleció a los pocos días de nacido. La veracidad de la versión está fuera de duda.
Lo cuestionable —en todo caso— es que según el diseño mediático del golpe que pretenden lanzar contra Peña Nieto, la contienda político-electoral rumbo a 2012 parece entrar al terreno de la vida privada de los contendientes —lo cual resulta censurable por donde se le quiera ver—, sobre todo cuando los azules se dicen dispuestos a “romper el encanto” de la “pareja de telenovela” de Peña Nieto y su actual compañera, cuya boda no estaría lejos.
Y no es casual que todos los ojos del poder y la clase política estén puestos en Peña Nieto; que partidos y gobiernos lo vean con lupa. Y es que el mexiquense tiene el pulso de los movimientos del Gobierno federal, del PAN y el PRD. Y un ejemplo son las alianzas. El 5 de septiembre de 2009, cuando aún no había materia fiscal o presupuestal para negociar alianzas, Peña Nieto las denunció de manera pública.
Dijo en el mensaje de su Cuarto Informe: “Hoy, México requiere de congruencia. No se puede convocar a la unidad de propósitos y al mismo tiempo actuar con consignas electorales o intereses de corto plazo, con alianzas que sólo denotan ambiciones por el poder… en la auténtica política no hay espacio ni para las simulaciones ni para los dobles discursos”. El mensaje era para Felipe Calderón. Y la respuesta azul parece la del golpe bajo. Al tiempo.
En el camino
Dicen que en Los Pinos ya tienen “tapado”.
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