México

Peña nieto: miedo a las alianzas

Ya en los postres, Peña Nieto habría expresado preocupación por una potencial alianza que pondría en riesgo sus afanes presidenciales

En días pasados, en ese comedero político llamado “Churchill”, se vio y escuchó en amena charla a Beatriz Paredes, presidenta nacional del PRI, y a Enrique Peña Nieto, gobernador mexiquense. El tema de la animada plática —entre muchos otros, claro—, habría sido el de las alianzas pactadas por PAN y PRD. Según testimonios —los oídos de tísico que nunca faltan en la política—, la dirigente formal del tricolor y su más aventajado presidenciable evaluaban los efectos del ayuntamiento electoral de azules y amarillos y daban forma al “no pasarán” que diseña el PRI para 2010.

Ya en los postres, Peña Nieto habría expresado preocupación por una potencial alianza que pondría en riesgo sus afanes presidenciales: la nada descartable posibilidad de que en 2011 de nueva cuenta PAN y PRD se fueran juntos a la cama de la elección estatal mexiquense. En 2009, como todos recuerdan, Peña Nieto arrasó en las elecciones intermedias y le arrebató al PAN y al PRD buena parte de sus bastiones fundamentales.

En 2011 el escenario podría ser distinto. ¿Por qué? Por un detalle: estará en juego la gubernatura. Es decir, que si Peña Nieto quiere llegar vivo a 2012 —con los niveles de popularidad e intención del voto que ahora tiene—, debe asegurar que el PRI retenga el Gobierno mexiquense que, por lo demás, es la Entidad con mayor número de votantes.

En sentido contrario, si la nueva yunta electoral de PAN y PRD se repite en el Estado de México en 2011, nada garantiza que el PRI logre mantener la hegemonía. Si azules y amarillos arrebatan al PRI el Gobierno mexiquense, habrán conseguido su objetivo político electoral; tirar a Peña Nieto de los cuernos de la nube presidencial. Y justo eso preocupa al más aventajado presidenciable del PRI.

Por eso, en el “Churchill” la señora Paredes y el señor Peña habrían medido los riesgos de la potencial yunta opositora en el Estado de México. Lo curioso del caso es que luego de la evaluación, Beatriz Paredes habría dado certezas: “Puedes estar seguro que en el Estado de México no habrá alianza”, le habría asegurado Paredes a Peña Nieto. ¿Por qué la certeza de la señora Paredes? Sólo ella sabe.

Mientras que PAN y PRD confirman que derecha e izquierda serán los nuevos aliados político electorales para 2012 —lo que significa el fin de la histórica alianza PRI-PAN—, el PRI no retrocederá en sus afanes por regresar a Los Pinos. Y pronto veremos el otrora eslogan de la izquierda; el “no pasarán”, utilizado por el PRI. ¿Qué tal?

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