México
Partiéndole su Océano al Mar
Yo, al igual que tú, lo único que sé, es que le estamos partiendo todo su océano al mar
Durante tres años las principales compañías de petróleo han gastado 39 mil millones de dólares para explorar por nuevos campos de petróleo y gas.
Sin embargo, la inversión promedio en investigación y desarrollo para seguridad, prevención de accidentes y reacción ante vertidos fueron unos miserables 20 millones de dólares al año.
Sí hubiera un vertido —predice confiadamente BP en su plan inicial de exploración para el malogrado pozo “Deepwater Horizon”—, gracias al “equipo y tecnología probados”, los efectos serían mínimos. Presentando a la naturaleza como un socio menor, predecible y agradable.
¿Pero qué nos importa a nosotros todo esto; si no tenemos ni idea de qué trata todo esto? ¿39 mil millones de dólares, cuánto es eso? Si al final ni idea tenemos de que somos completamente co-dependientes de algo que nos incumbe, en la medida en que cumpla con nuestras necesidades diarias. Todo funciona a partir del petróleo y gas.
Yo, al igual que tú, lo único que sé, es que le estamos partiendo todo su océano al mar.
Prendo el televisor o leo las noticias y aparece Obama expresando su absoluta confianza en que su gobierno “dejará la Costa del Golfo en mejor forma que antes”. Que ya exigió a BP 20 mil millones de dólares para un fondo (sin fondo) de contingencia. ¿Y…?
Todo suena muy bien. Pero, una vez que el petróleo cubre la base del pasto de los pantanos, ninguna maquinaria milagrosa o mejunje químico puede eliminarlo con seguridad.
Se puede retirar petróleo de la superficie del agua al aire libre, y se puede remover de una playa arenosa, pero un humedal cubierto de petróleo sólo se queda ahí, secándose lentamente. Las larvas de innumerables especies para las cuales el humedal es un lugar de desove —camarones, cangrejos, ostras y peces— serán envenenadas.
Sabemos lo siguiente: lejos de ser “sanada” (término que usan en BP en lugar de “restaurada”), es más probable que la Costa de Golfo será afectada. Sus ricas aguas y concurridos cielos serán menos vivos que actualmente.
Esta crisis del Golfo tiene que ver con muchas cosas —corrupción, desregulación, la adicción a los combustibles fósiles—.
Pero bajo todo esto, tiene que ver con lo siguiente: la pretensión terriblemente peligrosa de nuestra cultura de poseer un entendimiento y control tan completo de la Naturaleza, que podemos manipularla y remodelarla radicalmente con un mínimo de riesgo para los sistemas naturales que nos sustentan.
La Naturaleza es siempre más impredecible que lo que pueden imaginar los modelos matemáticos y geológicos más sofisticados.
Total, qué más da. Hoy es domingo, ¡día de futbol!
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