México
“Para ser leído al medio día”
Quiero suponer que usted leerá esta colaboración después de haber ido a algún centro ceremonial prehispánico a recibir los fuegos de las deidades aztecas, imecas y chichimecas
Digo esto, porque simplemente no puedo concebir que usted se acabe de levantar, que se haya quedado de playón en la cama. Que esté de fodongo, enfrente de la tele, o lo que es peor ¡con un libro! o con una película que puede hasta ser de las llamadas de arte. Los imagino con ojo lagañoso, pijama de monitos, aliento con olor a caverna. Simplemente no puedo creerlo, me rehuso a hacerlo porque no puedo entender que haya sujetos que los domingos, en lugar de levantarse, como todos, a practicar su deporte favorito o cuando menos el deporte que quiera su esposa, novia, pareja, movida, detalle, cónyuge o cualquier sujeto que lo mande. Un desayuno nutritivo, no sé, puede ser un jugo de calabacitas con yuca —muy alta en fibra y beta caroteno— acompañadas por unas riquísimas cáscaras de nuez indispensables para la obtención del complejo omega que tanto gusta.
El domingo, y más este domingo en especifico, en el que la primavera empieza, son para hacer deporte, aunque sea ahora, pero salga a quemar esa grasa, láncese al deporte, la vida sana, entienda que si usted sigue de fodongo se va a morir irremediablemente, entiéndalo, es por su bien. Aunque por otro lado, estudios hechos por la asociación de observadores de los seres terrestres (AYJALE, por sus siglas en occitano) afirman que los deportistas en su gran mayoría, por no decir en todos los casos, también se mueren, lo que podría titular una novela que se llame los deportistas también van al cielo.
Así que ante la duda, no obedezca sugerencias y haga lo que le dé la gana.
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