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Espero no equivocarme, pero quienes están detrás de los Juegos Panamericanos, sus nombres y prestigios de por medio a nivel internacional, no permitirán que las cosas fallen

Desde finales de la administración de Francisco Javier Ramírez Acuña como gobernador de Jalisco, hace unos cuatro años y medio, se supo y algunos sectores de la sociedad festejaron, que por fin Guadalajara sería la sede de los Juegos Panamericanos 2011. Antes, Alberto Cárdenas hizo la lucha pero no tuvo éxito, sin embargo, desde entonces era un asunto que estaba en la mira.

Ahora, a no muchos años de distancia desde el primer intento, estamos a unos meses de que los Juegos Panamericanos sean inaugurados y todavía hay muchos asuntos pendientes, pero sobresale uno de entre todos: vialidad y movilidad que implica varias acciones.

La infraestructura deportiva está prácticamente terminada y las Villas Panamericanas, después de meses perdidos, entraron a la etapa de adaptación para los deportistas, muy bien. Y estoy segura de que incluso las vialidades y la movilidad estarán resueltas, no sé si al cuarto para las 12, pero estarán.

Simplemente sucederá, como por arte de magia, como cuando éramos niños y creíamos que Santa Claus no nos traería regalos y a la hora de la hora ahí estaban abajo del árbol, exactamente lo que habíamos pedido… Sí, como por arte de magia. De alguna manera quienes estaban detrás de Santa se las ingeniaban. Así creo que sucederá con los Juegos Panamericanos y las cosas que aún están pendientes, incluidos la emoción y el involucramiento de todos en este encuentro deportivo que por lo general es denominado “fiesta”.

Espero no equivocarme, pero quienes están detrás de los Juegos Panamericanos, sus nombres y prestigios de por medio a nivel internacional, no permitirán que las cosas fallen. Claro que en el ínter, a los habitantes de la Zona Metropolitana sí nos están recetando angustia e incertidumbre y en muchos casos molestias y corajes, porque la casa estará perfecta el mero 14 de octubre, pero para llegar a eso, los trabajos a marchas forzadas, cierres, desvíos y hasta pleitos entre distinguidos integrantes de la clase política, nos retrasan en muchas otras cosas que merecen atención.

Y por supuesto, con respecto a esto último, el lector sabrá que me refiero a la resistencia del Gobierno del Estado de inscribir una deuda por mil 100 millones de pesos para arreglar alrededor de 21 vialidades (de 33 que se incluían en el primer proyecto) solicitado por el Ayuntamiento de Guadalajara.

El gobernador Emilio González Márquez dice que el Ayuntamiento no ha cumplido con los requisitos y que no le pueden pedir que acceda a algo que está fuera de la ley; y el presidente municipal Aristóteles Sandoval asegura que ya se entregó todo y, para dramatizar, agrega que hasta el acta de nacimiento de su perrita. Dicho sea de paso, no sabemos cuáles son los requisitos, ni los que se exigen ni los que se han cubierto.

¿Por qué no se dejan de cosas, se ponen a trabajar y de paso nos dan un respiro?
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