México
Oran por gobernantes en misa del Bicentenario
En las plegarias del oficio dominical, se mencionó al Presidente Felipe Calderón y en general a todos los gobernantes
Una misa en la que la Iglesia y el cardenal Norberto Rivera intentaron dejar, por un momento, las diferencias. Oraron por el jefe del Gobierno del Distrito Federal (GDF), Marcelo Ebrard, “para que den a sus pueblos amor, justicia y paz, teniendo en cuenta el bienestar social”.
Con los padres de la Patria, Miguel Hidalgo y José María Morelos y Pavón, a los que la Iglesia degradó en su papel de sacerdotes por haber participado en la lucha de Independencia, esta vez el cardenal Rivera dijo que han sido “discordancias sobre detalles secundarios” que los estudiosos se han encargado de esclarecer.
Al inicio de la celebración de este acto religioso, los fieles católicos y el jerarca religioso pidieron “por nuestro señor Presidente el licenciado Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y todos los encargados del Gobierno federal. Para que el Espíritu Santo los ilumine y los llene de dones”.
Se exaltaron reconocimientos a 18 héroes de la Patria, que estuvieron enterrados en la Catedral entre 1924 y 1925.
Norberto Rivera presidió la ceremonia en la que se cantó el tedeum —canto especial de alegría— por la Independencia, en la que participó el órgano monumental; bajo las notas armónicas del mismo se realizó un homenaje a la Bandera de los Insurgentes, se entonó el Himno guadalupano y con esto se abrió paso a la ceremonia civil en la que se realizaron honores a la Bandera.
La escolta del tercer agrupamiento de la Policía Federal fue la encargada de realizar el recorrido por el pasillo central.
Mientras los obispos, sacerdotes, prelados y el cardenal Rivera realizaron los honores a la Bandera desde el Altar Mayor, los fieles católicos conmovidos por el acto gritaron “¡viva México independiente!, ¡viva México libre!”.
Al igual que ocurriera el 28 de septiembre de 1821, en el Altar de la Catedral Metropolitana, ahora se leyó un fragmento de la Carta de Consumación de la Independencia de México, firmada por el entonces virrey Juan de O’Donojú, en la que se resalta que después de 300 años “la nación mexicana tiene voluntad propia” para, entre otras cosas, establecer relaciones amistosas con las otras naciones y España.
Se recordó que la Junta Provisional Gubernativa mandató que, a partir del 27 de octubre de 1821, se realizaran en todos los rincones del país “paseos por la calle para anunciar la proclamación de la Independencia”.
En el caso del Distrito Federal, este acto se realizó el 27 de octubre y para ello el documento expedido pidió que se hiciera con “la mayor solemnidad posible, y después del paseo por las calles llegar hasta la plaza mayor y en un tablado específicamente adornado” se realizara la elección del gobernante.
El atrio principal de la Catedral fue vestido con los mismos pendones que colgaron durante la ceremonia de coronación de Agustín de Iturbide, en color vino y oro
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