México
Operativo en Mazatlán: sin disparar un solo tiro
Labores de inteligencia permitieron que la captura de Guzmán Loera fuera limpia, sin muertos ni heridos
Desde que Joaquín Guzmán Loera se escapó el 21 de enero de 2001 del penal de alta seguridad de Jalisco, comenzó su cacería. El capo más poderoso de México, temido y respetado, se convirtió en un escapista. Lo ubicaron en Guatemala, en Argentina, en Sinaloa, en Durango, en Baja California Sur… pero siempre burlaba los cercos de seguridad.
El 22 de febrero de 2014 será recordado como el día que México atrapó al “Chapo”. Pero el trabajo de inteligencia no fue reciente. Fue resultado de una labor que llevó varios meses, “y tuvo lugar sin efectuar un solo disparo por parte de elementos de la Marina”.
Entre el 13 y el 17 de febrero se catearon distintos inmuebles en Culiacán en los que solía esconderse el narcotraficante de 56 años, quien logró huir porque las puertas estaban reforzadas con acero y eso le dio tiempo a escapar por túneles secretos e, incluso, alcantarillas.
El nuevo intento, ahora en Mazatlán, dio por fin el resultado esperado. En un condominio frente al mar cayó a las 06:40 horas el “Chapo”, quien en una de las primeras imágenes del día lucía sin camisa y con algunas escoriaciones en el rostro.
Sobre las 14:00 horas, la PGR lo presentó de manera rápida en su hangar en la Ciudad de México, donde se confirmó que se trataba del líder del cártel de Sinaloa.
El periplo de 13 años 34 días de fuga había terminado. Guzmán Loera pasó la noche en un penal de alta seguridad del Estado de México.
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