México
Obligado por tardío...
Ayer la nación española ha vivido una jornada tétricamente trágica
Siempre he pensado, y no creo que mal, que hay ciudadanías que padeciendo malos gobiernos, soportan mucho mostrándose tolerantes y aguantadoras, pero que en cuanto la afectación impacta en los bolsillos, y más cuando el nivel de vida que disfrutan es bueno, aguante y tolerancia se convierten en impaciencia y rebeldía.
Ayer la nación española ha vivido una jornada tétricamente trágica. Creo con certeza que ha sido uno de los días de los que mayor desolación y tristeza signifiquen desde que la democracia tomó vigencia en el sistema constitucional.
La actitud y la aptitud de un presidente, Rodríguez Zapatero, que llegó al poder encontrándoselo de hecho dadas las fallas de Aznar por el atentado criminal de la estación de Atocha, se fue definiendo por su falta de planes, de proyectos y programas mirándose impreparado y visceral en no tomar decisiones, las más, o tomándolas equivocadamente, las menos, llevando al país al precipicio económico en el que ya está.
Es gravísima la distancia que tiene ya Zapatero —aquí así le llaman, ignorando el paterno apellido— con la opinión pública, aun con diferencias con su misma gente que, ahora sí, ha calibrado su negativa gestión llevando a la progresista España a punto del desastre.
He visto una sinopsis televisiva de sus discursos en los que predominaba la demagogia barata todavía vigente hasta anteayer, ahora...
Ahora con la clara imagen del fracaso, ha tenido que SOMETERSE, así con mayúsculas, y con él a toda la ciudadanía hispana, al severo y drástico condicionamiento impuesto por los líderes europeos, al haber hecho oídos sordos al cúmulo de advertencias hechas en su momento principalmente por la canciller alemana Angela Merkel, y sorpresiva como inesperada dura llamada del mismo Barack Obama, de Estados Unidos.
Hoy, haciendo de tripas corazón, compareciendo en el Congreso de Diputados, con una expresión de cínica derrota —cínica cuando en el fondo sólo él cree que todavía y pese a todo le asiste la razón—, incumple todas sus promesas políticas como compras de votos, anunciando rebajas en los salarios a todos los niveles como congelación de pensiones a partir del venidero año y... Y más que saldrán.
Alto, muy alto, altísimo precio tendrá que pagar el pueblo español por la ineptitud, la negligencia, la desidia caprichosa del mandatario que, ya lo verá amable lector, tendrá que subir los impuestos —una raya más al tigre—, en depreciación del ya bastante golpeado nivel de vida de los ciudadanos.
Y… PENSÁNDOLO BIEN.
Y… PENSÁNDOLO BIEN, creo que la dimisión debe ser obligada… Obligada e inminentemente necesaria, dando validez a la opinión tajante de Mariano Rajoy, de la oposición, al expresar textualmente: “¡España es ya un protectorado..!”, como consecuencia funesta de pérdida, económicamente hablado, de soberanía nacional.
Lo dicho: ante la patente ineptitud, OBLIGADO POR TARDÍO…
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