México

Necesidad de crear círculos virtuosos

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Es diciembre de 2010, año en que hemos recordado las luchas por la Independencia de México y las lides revolucionarias de 1910 que pretendía el advenimiento de la justicia social para toda nuestra gente, seguimos viendo que esas luchas e ideales siguen siendo tareas pendientes.

Al respecto, me permito compartir las ideas principales de los encabezados más importantes publicados a nivel nacional: “Sigue la lucha contra el narcotráfico”; “Siguen las fracciones del Congreso divididas por el presupuesto del próximo año”; “Se aprueba desaforar a un diputado federal”; “Señalan los EUA la altísima corrupción en México”; “Nuestros paisanos son extorsionados al regresar a casa, a su patria”; “Matan a civiles, policías y miembros del Ejército en conflictos con el narcotráfico y arrasas pueblos enteros en Michoacán la PFP y la Marina”; “Existe hipertensión y obesidad en gran parte de la población”; “No se respetan en México los derechos constitucionales de las personas”; “Se necesitan mejores maestros, mayor presupuesto a la educación y universidades públicas, porque continúa el deterioro educativo en México”; “Sigue cayendo la productividad en México”; “Abaten a líderes del narcotráfico”; “El Ejecutivo Federal sigue siendo calificado a la baja y sólo cuatro gobernadores de la República son aprobados en su gestión”; “Existe pandemia gripal en el país”; “Hay inconformidad por las licitaciones en telecomunicaciones”, son entre otros, los hechos que se ventilan a todas luces.

Es cierto que en nuestra amada patria existen muchos males, cada día ocurren hechos negativos; pero también existen actos, hechos, acciones y realizaciones que nos engrandecen como seres humanos, como agrupación política y como mexicanos, como lo es el que si la maldad fuese generalizada, entonces no habría ni espacio para poder publicar estas líneas.

México cuenta con muchísimos niños y jóvenes, de los 112 millones que habitamos en el territorio nacional, más de 65% son menores de 35 años, lo cual nos deja muy en claro que somos un país joven y que si analizamos que apenas nos hemos tratados de emancipar de las diversas potencias hegemónicas, a partir de 1821, entonces, como organización política, también somos recientes, jóvenes, entonces, somos muy jóvenes, en todos los sentidos.

Contamos con talentos, gente brillante en todos los órdenes, muchos desconocidos, porque los medios que influyen y forman a la opinión pública del país, no los reconocen, entonces, existe una ausencia de orgullo propio y la idea de que todo está mal, que no podemos y de que no tenemos capacidades para desarrollarnos como cualquier persona del planeta, lo cual es incorrectísimo.

Por ejemplo, en el balompié o “futbol”, se emplean muchísimos espacios en todos los medios: radio, TV, internet, telefonía y demás para algo que no resuelve ningún problema del país; el balompié en México está en manos de algunos cuantos que lo manejan muy mal y nuestro representativo nacional da vergüenza porque se maneja como negocio y no como algo a través de lo cual se pueda engrandecer a nuestro país y a nuestra gente, porque el talento sí existe, pero no trabajamos en equipo, entonces, queda la idea de que no somos buenos ni para el futbol, aunque todo lo hagamos “con las patas”, es un círculo negativo.

Es claro que tenemos que romper dichos círculos viciosos, antes era raro que un jugador de balompié de México integrara algún equipo europeo, ahora es normal; pero ha sido más por méritos personales de los jugadores y de su familia, que por contar con una organización política, económica, social, deportiva y cultural en el país, que apoye a dichas actividades de manera especial.
Así, la crítica pública, la podríamos orientar en el sentido de señalar algo que no es correcto, no está bien hecho o una idea similar; pero aportando, a la vez, propuestas de cómo resolver el problema o qué necesitamos para que dicho mal quede erradicado o que se aminore con la perspectiva de desaparecerlo.

Queda claro que en nuestro país existen comunicólogos, periodistas, locutores, redactores, editorialistas y demás personas que a través del lenguaje hablado, escrito o en la mímica, podemos ir construyendo círculos virtuosos, hablar de lo positivo o lo negativo eliminarlo y transformar lo podrido en limpio, llano, claro, positivo y sobre todo, en algo que nos beneficie a todos.

De esta manera, en estos tiempos de reflexión, paz y tranquilidad debemos enaltecer las virtudes y que la gente se apropie de lo positivo que tenemos todos para que los círculos virtuosos se engrandezcan y nos contagien en los años venideros.
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