México
Narcos y Posadas Ocampo
Posadas Ocampo fue asesinado porque ‘‘tenía mucha información del narcotráfico a través de los Arellano Félix, sabía demasiado’’
El prelado no murió el 24 de mayo de 1993 víctima del “fuego cruzado” entre bandas contrarias de narcotraficantes ni de una “confusión”, según la versión oficial. Lo que ocurrió en el Aeropuerto Internacional Miguel Hidalgo fue montado por órdenes de funcionarios del Gobierno federal para asesinar a Posadas Ocampo, denuncia la periodista. Una de sus fuentes, un agente asignado a la investigación del crimen, reveló que el operativo al parecer fue coordinado por el entonces jefe de la Policía Judicial Federal, Rodolfo León Aragón.
La investigación de Anabel Hernández se encuentra en el libro “Los señores del narco”. Impreso apenas el mes pasado, el texto es una bomba: muestra la historia y cadena de complicidades de capos con funcionarios públicos, empresarios, la clase política y elementos de las fuerzas de seguridad, nacionales e internacionales. Leerlo es entrar al oscuro mundo del narco y la política.
Posadas Ocampo fue asesinado porque “tenía mucha información del narcotráfico a través de los Arellano Félix, sabía demasiado”, de acuerdo con otro informante clave.
Años después del crimen del prelado católico, indica Anabel Hernández, un secretario de la Defensa Nacional reveló en una reunión a varios de sus allegados, los detalles del operativo en que se fraguó el asesinato. Se supone que en el encuentro, apunta, estuvieron José María Córdoba Montoya, brazo derecho de Carlos Salinas de Gortari; Manlio Fabio Beltrones, actual coordinador de la bancada del PRI en el Senado de la República; el general Jorge Carrillo Olea, ex gobernador de Morelos y especialista en labores de inteligencia, y Emilio Gamboa Patrón, ex secretario de Comunicaciones Transportes.
La versión del libro coincide con la del cardenal Juan Sandoval Íñiguez: el crimen de Posadas Ocampo fue un crimen de Estado.
Detenido en 1993 en Guatemala y luego entregado en la frontera con Chiapas, Guzmán Loera contó a los militares que lo trasladaron a la Ciudad de México quiénes eran sus cómplices y cómo ocurrió el asesinato del prelado, narra la periodista.
El supuesto enfrentamiento entre los hermanos Arellano Félix y Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo” Guzmán, nunca existió, de acuerdo con la investigación periodística. Esa primera declaración de “El Chapo” se “perdió”. Se ocultaron complicidades. Desaparecieron una clave del crimen. Colofón: la periodista Anabel Hernández fue amenazada de muerte.
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