México
Mucho corazón
Hoy que es el Día Mundial del Corazón, los esfuerzos se vuelcan en informar sobre prevenir y detectar oportunamente las enfermedades cardiovasculares
¿De quién se acordaba? ¿Por qué se ponía triste? La abuela estaba a escasos metros leyendo un libro, ¿entonces? Sólo su corazón que dejó de latir meses después de aquel otoño de 1984 supo lo que se llevó con él.
Hoy que es el Día Mundial del Corazón, los esfuerzos se vuelcan en informar sobre prevenir y detectar oportunamente las enfermedades cardiovasculares, pero ¿y la otra enfermedad? La que ningún doctor puede curar, pero que se siente más que un infarto fulminante. Tratar el tema de manera científica suena imposible, pero justo para la ocasión me encontré varias definiciones que creo son de las más genéricas y precisas sobre el corazón. El investigador Alberto Orlandini, en su libro “El enamoramiento y el mal de amores”, describe que los poetas y filósofos han elegido al corazón como el símbolo de las emociones y el amor, “quizá porque los sentimientos se perciben como palpitaciones, dolores o sensaciones en el tórax”. Dice también que la fórmula de los personajes románticos consiste en lo que define como un predominio del corazón sobre la cabeza y el cuerpo, y además enlista las expresiones idiomáticas que se utilizan para expresar distintos sentimientos con este órgano principal del sistema circulatorio: la aflicción, por ejemplo, es “clavársele a uno en el corazón”, “atravesar el corazón” o “partir el corazón”; el entusiasmo es “no me cabe el corazón en el pecho”, la persona compasiva es “blanda de corazón”, el insensible y encallecido “no tiene corazón”, y la gente sincera “habla con el corazón en la mano”. Finaliza el tema mencionando que los enamorados representan el amor con un corazón atravesado por una de las flechas que dispara Cupido, dios romano del amor.
Total, que al final de cuentas se buscan razones contundentes para que el corazón no duela, si es que son el alma o los sentimientos los responsables, pero de no ser así, el corazón sí duele y puede ser por angina de pecho o por alguna otra enfermedad que no hay que minimizar.
Desde una arritmia, que no son como las provocadas frecuentemente entre los adolescentes cuando “les late el corazón rápido al ver a su alma gemela”, hasta las diversas valvulopatías, el tema del corazón siempre es y debe ser tomado seriamente. No importa la edad, ni el momento, es el que nos recuerda que estamos vivos, aun cuando estemos muertos de amor, como la canción a la que me he referido y en la que dice: “Si te conviene, no llames corazón a lo que tú tienes…”.
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