México
Muchacha bonita…
Francia, una de las cunas históricas de las revoluciones en el mundo y ejemplo a seguir por muchos países —entre ellos el nuestro—, se encuentra hoy en la mira de los propios franceses y de no pocos extranjeros
Francia, una de las cunas históricas de las revoluciones en el mundo y ejemplo a seguir por muchos países —entre ellos el nuestro—, se encuentra hoy en la mira de los propios franceses y de no pocos extranjeros, al exhibir un Gobierno débil e inestable, que opta por el populismo y desgarra su vestidura ante el caso judicial de una de sus ciudadanas, que ciertamente es una “muchacha bonita”, a la cual la hicieron parte de una dramatización televisiva sin su consentimiento —hecho más que reprobable de nuestras autoridades—, lo cual de ninguna manera le exime de los cargos que aparentemente le han confirmado (según declaraciones de los propios secuestrados).
Así, la entonces llamada “guerra de los pasteles” que trajo como consecuencia la invasión del Ejército de Francia a México en el siglo XIX, se convierte en una causa de honor, en comparación con lo que esta “muchacha bonita” ha suscitado, luego de que el enamoradiso de Sarkozy decidió “colgarse” del caso judicial propiciado por ella, para tratar de ganar una popularidad de que carece, de frente a su próxima contienda electoral.
Entre derechas te veas
Reflexión aparte nos merece darnos cuenta de que se trata de dos gobiernos de derecha, igualmente desesperados por mantenerse en el poder, pues si bien es cierto que Nicolas Sarkozy “dio el campanazo” al ganar la contienda a los socialistas franceses, mientras que el propio Felipe Calderón hizo lo propio, primero obteniendo la candidatura de su partido ante la aparente oposición de Vicente Fox, y después venciendo a Manuel Andrés López Obrador, pese a que éste contaba con un mundo de seguidores que le “aseguraba” la Presidencia de la República, y sin embargo, hoy ambos son compañeros de la misma desgracia, esto es la ineficiencia e ineficacia en el Gobierno, misma que tiene a ambas naciones en una de las peores situaciones económicas de la época contemporánea, con una mayoría impresionante de jóvenes sin empleo —y personas de todas las edades—, lo que indudablemente les ha llevado (a dichos gobernantes) a buscar tomarse de cualquier situación que les pueda permitir sobrevivir en el poder.
En fin, que con todo esto, los únicos perdedores somos los ciudadanos de uno y otro país, que sin deberla, ni buscarla, pagamos los “platos rotos”.
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