México
México tiene prisa
Mejor educación para todos
Evidentemente nuestro sistema educativo mantiene inevitables rezagos, propios de la cultura e idiosincrasia de nuestra sociedad, pero también de los inmensos retos presupuestales que representa brindarle formación a la población en general; sin embargo, en la presente administración federal se han emprendido loables esfuerzos, en los que en su momento me tocó participar como presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, incrementando hasta 40% la inversión en educación pública, al pasar de 377 mil millones de pesos en 2006, a más de 531 mil millones para el presente año de 2011.
Se habla que esta medida, largamente esperada por muchas generaciones de mexicanos, es de elemental justicia fiscal, puesto que los alumnos que asisten a escuelas privadas no representan un costo para el Estado en materia educativa, aun cuando sus familias todo el tiempo han contribuido a financiar el gasto de la educación pública a través del pago de sus impuestos.
Claramente se advirtió que un paso posterior a esta trascendente determinación, se encontrará en deducir la colegiatura en educación superior y de posgrado, al tiempo que esperemos de igual forma se multiplique la inversión gubernamental en las universidades públicas, puesto que esos esfuerzos, ya sea desde el ámbito de lo público y privado, significarán sin duda alguna invertir en el futuro que como nación estamos obligados a impulsar.
A resumidas cuentas se trata de hacer realidad el compromiso que los mexicanos nos hemos impuesto en nuestra Carta Magna, por brindarle educación a todos los nuestros, en escuelas públicas o colegios particulares por igual, toda vez que el nivel de deducción fiscal para personas físicas, será similar al monto de recursos públicos aplicados a las escuelas gubernamentales; la diferencia por invertirse correrá libremente a cargo de quien pueda efectuar el esfuerzo adicional para los suyos.
Ejercicios como éste, que esperemos más adelante se reproduzcan también en derechos que como mexicanos tenemos en los ámbitos de la salud, vivienda y seguridad, sin duda alguna favorecerá mejoras en calidad y cantidad en la prestación de dichos servicios, en aras de fortalecer la competencia profesional y productiva de las actuales y futuras generaciones.
De esta manera, nos congratulamos por los pasos efectuados hacia adelante en el sector más sensible y estratégico para el presente y futuro de una nación, como lo es la educación, en donde no olvidemos que México tiene prisa de una mayor y más competitiva formación, tanto científica como tecnológica, que en igualdad de oportunidades para todos, nos brinden la certidumbre de que lo mejor está por venir.
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