México
México tiene prisa
La educación nos hará libres
Y es que precisamente la verdad podemos descubrirla a la luz de la ciencia y el conocimiento, que además de obtenerse en las aulas se adquiere en la vida diaria en el intercambio cotidiano con las nuevas tendencias tecnológicas e incluso disfrutando de interesantes lecturas en un periódico.
Más allá se puede alcanzar a través de los libros, además de la consulta diaria en la contemporánea red de redes, puesto que quitan velos y telarañas que se puedan advertir en nuestro pensamiento, en esa liberación que significa salir adelante, plenamente convencidos de estar preparados para afrontar los diarios retos que la vida nos depara.
Esa fortaleza y certidumbre que nos brinda la educación inicial en el hogar (responsabilidad directa de los padres de familia) y más adelante vanguardista en las aulas y talleres (compromiso colectivo a través de nuestros impuestos) de centros universitarios e institutos tecnológicos, construye competitividad y atrae inversiones que se traducen en progreso y desarrollo en la comunidad.
Es por ello que afortunadamente en México cada vez menos escatimamos presupuestos públicos para dedicarlos a la educación de nuestros niños y jóvenes, sobre todo más a los aspectos directamente vinculados a la formación de los educandos, dejando atrás lastres que mucho daño han provocado al país.
Los contemporáneos ejercicios de transparencia y rendición de cuentas al respecto, han evitado paulatinamente el desvío de recursos indispensables para esa noble responsabilidad pública, además de evitar malos entendidos que buscaban confundirnos con falsas concepciones de autonomía y respeto gremial.
Bien dicen los sabios, como don Antonio Leaño Álvarez del Castillo+, a cuya familia y comunidad universitaria nos unimos en el dolor por tan irreparable pérdida, que no hay acto más noble y responsable que educar, porque de esa manera se siembra para el presente y futuro; afortunadamente a los mexicanos cada vez más nos queda claro que nuestra mejor plataforma para hacer realidad el México de oportunidades que soñamos para todos, se encuentra en la educación.
Comenzando nosotros por honrar el pago de nuestros impuestos, y la autoridad ejerciéndolos adecuada y transparentemente, además de participar en las tareas escolares, actualizando nuestros conocimientos y adquiriendo mayores competencias, al margen de ahorrar e invertir en esos esfuerzos que siempre traen consigo bienestar y desarrollo.
Sin duda alguna, la mejor inversión personal y colectiva que podamos hacer se encuentra en la educación, divisa fundamental para el fortalecimiento en la competencia de nuestro México que tiene prisa, por más y mejor desarrollo para todos, en la firme esperanza de que lo mejor está por venir.
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