México
México dice adiós a Benedicto XVI
El Papa termina la primera etapa de su viaje a América Latina; ahora viaja a Cuba
Con mucha alegría pero también con tristeza, los católicos mexicanos despiden al Papa Benedicto XVI, quien durante su estancia se ganó el amor de los fieles que se resistían a abrir su corazón ante la sombra de Juan Pablo II.
El Presidente Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala arribaron al aeropuerto para encabezar el acto de despedida.
Calderón agradeció la visita a México del Papa Benedicto XVI a nombre de millones de mexicanas y mexicanos, la cual, subrayó, fortalece la concordia y el amor entre nosotros.
"Gracias por dejarnos el espíritu lleno de esperanza y el ánimo fortalecido para seguir luchando por un México justo, seguro y próspero al que aspiramos", subrayó el titular del Ejecutivo federal en la ceremonia oficial de desepedida al obispo de Roma.
El Papa Benedicto XVI se despidió con un llamado a su pueblo a no dejarse amedrentar por "el mal" y a fortalecer sus raíces cristianas.
Con estos ánimos, la orquesta de música, el mariachi y la Juventud del Papa dicen adiós al Vicario de Cristo con porras que invaden el interior y exterior del aeropuerto, las cuales rezan: "!Benedicto, hermano, ya eres mexicano!".
Desde temprana hora el avión papal de Alitalia ya estaba listo para el con destino a Cuba, a donde se prevé que arribe a las 14:00 horas al Aeropuerto Internacional de Santiago, para continuar con su agenda en Latinoamérica, donde está prevista su estancia en la isla hasta el próximo miércoles.
Cientos de católicos cubanos de edades entre 15 y 30 años celebraron hasta la madrugada de hoy el inminente arribo del Papa a Santiago de Cuba con una vigilia de oración en una parroquia del centro de la ciudad, que culminó con una fiesta a ritmo de congas y merengues.
El Papa Benedicto XVI abandonó este lunes la sede del Colegio Miraflores de León y se detuvo unos momentos para despedirse de los fieles ahí presentes, entre los que se econtraba el cantante Pedro Fernández.
La mutlitud aclamó a Benedicto XVI, quien se acercó a los presentes para tocarlos de las manos.
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