México
¿Me estás oyendo, Marcelo?
Marcelo evita hablar de choques. Es prudente. Recuerda y hace recordar el pacto. Será candidato aquél que gane una encuesta
Haya sido como haya sido, arranca su segundo intento al margen del acuerdo con la izquierda. ¿Cuál? La izquierda soy yo. Ni Chuchos, ni “chachos” ¿De dónde saca dinero? ¿Y a usted qué le importa? Nadie le pide cuentas. Va por la libre como la liebre. El IFE teme marcar el offside. Andrés ya no necesita mandar al diablo a las instituciones. Provoca. Se hace víctima de los medios; los maneja como nadie. A mano alzada consulta la voz del pueblo, la voz de Dios: ¿Quieren que yo sea? El Zócalo ruge. Manuel Camacho se arruga. ¿También esto lo hablará con Nava? Le recuerda que falta un año para decidir y que la plaza llena no gana elecciones. La plaza vacía tampoco. ¿Me estás oyendo, Marcelo?
“Si no me adelanto, gana Peña. Tiene el apoyo de los más influyentes. Comenzando con la tele. Está con la mafia del poder. Con los 30 potentados responsables del México trágico”, dice Andrés. Apenas lo critican. Es hora de reajustar estrategias. Donde sea. Andrés embiste a Enrique del brazo de Yeidckol y Encinas. Nada más para probar.
Marcelo evita hablar de choques. Es prudente. Recuerda y hace recordar el pacto. Será candidato aquél que gane una encuesta. Andrés ya ganó la del Zócalo, la de las dos vueltas al país, la de los dos millones de afiliados… Si la izquierda discute, se debilita; si se divide quedará herida de muerte. Marcelo vislumbra alianzas. Sabe que Andrés es casi invencible. Que tiene derecho. Que anda (anda y anda) en campaña desde hace cuatro años. Que presume 17 millones de votos. Que si los tiene, “ya ganamos” —sonríe irónico—. También cree que Andrés ha ido perdiendo a sus clientes de 2006. Que aquella izquierda está desgastada, pero ésta (cualquiera que sea ésta) no existe. El tema es obsesivo. Marcelo también.
EL MONJE LOCO: ¿Secuestrar a periodistas doblega al cuarto poder? ¿Escalamos a la fase superior del narcoterrorismo? ¿Qué sigue? ¿Contenido de los medios dictados por el chantaje? ¿Es el precio para no secuestrar periodistas? ¿Es la nueva estrategia de la propaganda criminal? En la negociación de la libertad de los reporteros secuestrados en La Laguna participaron los medios y el secretario de Gobernación de un régimen que no pacta con delincuentes. The Wall Street Journal, la Sociedad Interamericana de Prensa y todo mundo protestan. Bienvenida la presión, pero, ¿en los 64 homicidios y 11 desapariciones de otros periodistas menos vistosos alguien puso en negros una pantalla solidaria? Nadie. Ya se sabe, ya se supo...
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