México
Matan a la activista que pedía justicia por su hija
Marisela Escobedo fue ultimada frente al Palacio de Gobierno, supuestamente por el ex novio y asesino de su descendiente, Rubí Frayre
Marisela Escobedo Ortiz, de 52 años, fue atacada por un grupo de tres hombres que inició una discusión con ella, uno de los cuales le dio un balazo a quemarropa, mientras se manifestaba en la capital del Estado.
Los hechos ocurrieron la noche del jueves y tras la agresión Escobedo fue trasladada aún con vida a una clínica donde falleció.
Según la información de la Fiscalía, que se basó en los videos de cámaras de seguridad, Escobedo cruzó una calle e intentó huir al sentirse amenazada, pero uno de los individuos la siguió hasta lograr emparejarse a ella y dispararle en la cabeza.
Durante meses Escobedo había encabezado diversas marchas y protestas para exigir al gobernador que se hiciera justicia en el caso del asesinato de su hija, Rubí Marisol Frayre Escobedo, así como contra la impunidad.
La joven Rubí Frayre Escobedo fue asesinada en Ciudad Juárez en agosto de 2008 cuando tenía 16 años supuestamente por su novio, Sergio Barraza Bocanegra, quien fue arrestado en junio de 2009, pero exonerado en un juicio de primera instancia el pasado 29 de abril, y quedó en libertad.
Posteriormente, un tribunal de casación (segunda instancia) revocó la sentencia y condenó a Barraza, que está prófugo, por el homicidio de Rubí Frayre.
El pasado 12 de diciembre Marisela Escobedo declaró en entrevista a “El Diario” de Juárez que familiares de Barraza la habían amenazado por llevar a cabo sus propias investigaciones del caso de Rubí.
“Tengo amenazas por parte de él (supuesto asesino de su hija) y de la familia...Si me van a venir a asesinar que me asesine enfrente para vergüenza del Gobierno”.
En dicha entrevista la activista señaló que el asesino de su hija estaba involucrado al cártel de “Los Zetas”.
Mexicanos reaccionan en Twitter
Tras la noticia y el video publicado en el noticiero matutino Primero Noticias con Carlos Loret de Mola, los mexicanos mostraron su indignación en la red social Twitter.
El usuario @Ibdea comentó “¿Quieres estar libre? Asesina y confiesa ¿Quieres que te asesinen? Busca justicia sin tregua alguna”.
Por su parte, @Aidenzito comentó: “La unión siempre hará la fuerza. ¡Pidamos justicia por todas las víctimas impunes!”.
“El caso de #MariselaEscobedo demuestra el grado de impunidad que se maneja en México, lástima que tengan que morir para que se haga justicia”, publicó el usuario @Alexixcoatl.
Un grupo de cerca de 100 personas, en su mayoría mujeres, bloqueó Paseo de la Reforma —en el Distrito Federal— frente al edificio de la Procuraduría General de la República (PGR), para exigir que algún representante del gobierno federal recibiera a una comisión.
Después de que se les impidió llegar a la Secretaría de Gobernación, donde planeaban realizar una manifestación para exigir que se castigue a los culpables de la muerte de la activista, el grupo decidió bloquear Reforma.
REACCIONES
Indigna impunidad
Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos
Javier Valenzuela, líder de la ACNUDH considera “escandaloso” el crimen. “Es desolador e indignante la impunidad en la que se hundió su esfuerzo, escandaloso que le haya costado la vida y que su homicidio esté grabado por las cámaras de seguridad del área”.
Alejandro Martí
“El asesinato de Marisela Escobedo demuestra el grado de ineficiencia que impera en los sistemas estatales de procuración y administración de justicia. Urge su revisión en el marco de la implementación de la reforma constitucional en materia penal”.
Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal
La CDHDF indicó que este caso es una muestra de lo difícil que puede resultar la labor de defensa cuando no se cuenta con poder político y económico para hacer escuchar las demandas de justicia y respeto a los derechos humanos.
Amnistía Internacional
El organismo internacional de derechos humanos lamentó que la negligencia de las autoridades para prevenir y sancionar la violencia contra las mujeres en la Entidad propicie que los familiares investiguen los hechos y sufran represalias al luchar por la justicia.
ANÁLISIS
Adiós Marisela, emblema del feminicidio
Lydia Cacho
A Lucha Castro, por su persistencia y valor por crear un nuevo sistema de justicia en México
Con el rostro ovalado y la mirada firme tras los espejuelos, Marisela Escobedo me dijo que primero moriría que dejar de luchar por esclarecer el asesinato de su hija Rubí Marisol. “Es por ella, pero es por todas las hijas de las demás mujeres de México”, me dijo con la voz entrecortada, “porque al Estado mexicano hace rato que la vida de las mujeres no le importa, entonces seremos nosotras las que digamos, hasta la muerte, que sí valemos, que nuestras hijas merecen un país seguro. Yo sé quién es el asesino y no voy a quedarme callada”.
Éstas fueron las últimas palabras que escuché de Marisela hace unos meses. El jueves fue asesinada, emblemáticamente, frente a las puertas del Palacio de Gobierno de Chihuahua. Sus últimas palabras fueron consignas solitarias por la justicia y la no impunidad de los feminicidios.
Manifestándose ante el edificio que alberga a la autoridad, un hombre se acercó a hablarle, ella echó a correr y acto seguido le disparó a quemarropa, uno de los balazos fue directamente a la cabeza. Según el médico forense, está claro que el asesino sabía lo que hacía. Existe un video del asesinato tomado de una cámara de seguridad.
Los paramédicos llegaron a Marisela cuando aún estaba con vida, unas horas más tarde supimos que había muerto. Fue el arma de un asesino la que ultimó la vida de esta joven mujer, pero sin duda son co-responsables los tres jueces que desestimaron las evidencias y restaron importancia a las amenazas de muerte que la familia Bocanegra había expresado contra Marisela. Y son cómplices también todos aquellos que insisten en que la violencia en México no es grave; quienes insisten en que los feminicidios mexicanos no son importantes.
Sergio Rafael Barraza Bocanegra es el principal sospechoso de la muerte de Marisela, ya que es él el acusado de ultimar la vida de Rubí. En 2008 la hija de Marisela apareció muerta y desde entonces su madre se dedicó en cuerpo y alma a esclarecer el asesinato y llevarlo ante la justicia, acompañada de la reconocida abogada feminista Lucha Castro.
Barraza, que fue pareja de Rubí, una adolescente de 16 años, enfrentó un juicio oral por homicidio en los nuevos juzgados de Chihuahua; durante el procedimiento, Sergio Rafael admitió haber asesinado a Rubí porque “le había sido infiel”.
A pesar de la evidencia en su contra, en abril de 2010 Barraza fue dejado en libertad, sin embargo, inmediatamente después los jueces determinaron que se equivocaron, que existían suficientes elementos para ejecutar una sentencia de 50 años en prisión. Era demasiado tarde, el acusado estaba prófugo. Entonces Marisela se dio a la tarea de encontrarlo, nos aseguró a algunas periodistas que ya lo había localizado en Zacatecas y que ahora sólo faltaba que lo detuviera la autoridad.
Por su mente pasó la idea de ir ella misma, acompañada de otras mujeres, a llevar a cabo un arresto ciudadano del asesino de su hija; un fiscal le aseguró que lo arrestarían pronto, que no se arriesgara. La autoridad ya había determinado ofrecer una recompensa de 250 mil pesos por Barraza Bocanegra.
Ahora que ella ha muerto, el gobernador de Chihuahua, César Duarte, afirmó que no tiene duda de que la ejecución de la activista Marisela Escobedo fue por venganza del criminal. Lamentó la muerte de la madre de Rubí, quien “siempre señaló al autor material de la muerte de su hija y que desgraciadamente fue liberado por tres jueces, que insolentemente lo pusieron en libertad”.
El gobernador declaró que solicitó al Congreso de Chihuahua que estos jueces sean separados del cargo para que sean juzgados por las omisiones y el uso indebido de poder en el que liberaron a un sujeto peligroso, confeso de asesinato.
El Gobierno de Chihuahua jamás ofreció medidas cautelares a Marisela, a pesar de la evidencia sobre las amenazas de muerte que recaían sobre ella, a pesar de que testificó en el juicio. Marisela intuía que podría perder la vida, me lo dijo, y hacía lo que estaba en sus manos para evitarlo, sin embargo nunca estuvo dispuesta a darse por vencida, murió intentando salvar a otras adolescentes de una muerte como la de su hija, creyendo, hasta el último día, que las instituciones judiciales de su país la acompañarían en una batalla colectiva por la justicia y la vida de las mujeres.
Tres jueces tuvieron la posibilidad de hacer justicia en un feminicidio, su ineficacia dejó ahora dos crímenes y un asesino en plena libertad. Dejaron tras de sí una ola de sufrimiento, indignación y frustración. Con ella se murió un poco de todas nosotras, las activistas que la conocimos y supimos que su batalla era nuestra también.
(www.lydiacacho.net)
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