México
Marchas y concentraciones
La Conferencia Plenipotenciaria de la Unión Internacional de Telecomunicaciones es una oportunidad más para mostrar nuestra capacidad de incorporación al mundo civilizado
De lo particular a lo social, el problema tiene expresiones diversas e insolutas, vividas en un acontecer inédito en cuanto a su brevedad, dinámica y obvio comportamiento generacional, aún en proceso de asimilación e interrelación. El tiempo aparece con celeridad, acorde a la necesidad de pobres y adinerados, sabios e ignorantes, empresarios, trabajadores y amas de casas; mas no para niños, jóvenes, adultos y ancianos expuestos a circunstancias diferentes.
Todos tenemos prisa por llegar al enfrentamiento de nuestra realidad, sea para acompañar a la Virgen de Zapopan en su recorrido de Catedral a su Santuario, o tras haber visto y participar en el transcurrir las marchas de jóvenes, en bien instrumentada muestras de fuerza, exigiendo más recursos del poder público a la Universidad de Guadalajara. En ese contexto surge la concentración de una luz esperanzadora con la intervención mediadora del Gobierno federal a través de la Secretaria de Educación Pública.
Las marchas aportaron sus contingentes a los espectáculos septembrinos en la ciudad capital del país, Bicentenario y Centenario, el 15 con carros alegóricos previos al Grito tradicional y marchas militares el 16, incluyentes de representación extranjera; con proporcional réplica en ciudades del interior. Tiempo, espacio e infraestructura quedaron parcialmente marginados, así como también, por horas, problemas cotidianos expuestos en marchas interminables de vehículos inmovilizados en procesión de acceso a espectáculos en la Glorieta Minerva, de tránsito aledaño al Puente Jorge Matute —en construcción—, de espectacular edificación en la conflictiva confluencia de López Mateos y Lázaro Cárdenas, también ruta de ida y retorno a la arena con nombre de cantante ranchero, ubicada en la carretera al aeropuerto y Chapala.
Ante tan significativos problemas de movilidad humana en Guadalajara, pasó relativamente inadvertido el tema de aquella tarde y noche del 2 de octubre de 1968, menos mal, pero insuficiente para concluir con el ritmo impuesto por la bocina —claxon— del automóvil, de vuelta al léxico del improperio desesperado de conductores y peatones, exasperados y expuestos a riesgos en su tránsito por calles y avenidas, adicionalmente saturadas de baches, topes y rupturas, donde se añora la acción de vecinos a través del Consejo de Colaboración Municipal, integrado por jaliscienses identificados con la cultura social y orgullosos de su identidad.
La Conferencia Plenipotenciaria de la Unión Internacional de Telecomunicaciones es una oportunidad más para mostrar nuestra capacidad de incorporación al mundo civilizado con aprecio a las propuestas, decisiones y acuerdos tendientes a resolver la complejidad del crecimiento humano con carencias propias del subdesarrollo y ambiciones de primer mundo.
Dios nos guarde de la discordia.
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