México
Marcelo: transa del tranvía
Y ese tranvía, llamado ‘‘transa’’, podría descarrilar una candidatura presidencial. En efecto, la de Marcelo
PAN o del
PRI revelara que la construcción de un tranvía del Zócalo a Buenavista ya no costará los dos mil millones de pesos previstos, sino que el costo se elevará hasta 17 mil millones de pesos? ¿Qué diría si se entera que la razón de elevar 12 veces el precio, sería porque se pagará en 25 años?
¿Qué pensaría usted, si se entera que ese tranvía no sólo no resuelve ninguno de los problemas básicos de transporte público —será un capricho turístico de sólo 11 kilómetros—, que costará casi lo mismo que la Línea 12 del Metro; y que con los 17 mil millones de pesos se podría completar el esquema de 10 líneas de Metrobús?
¿Cómo le caería la noticia de que el tranvía del Centro Histórico del DF sería —entre los de su tipo—, el más caro del mundo en su construcción —por kilómetro—, muy por encima de los construidos en Las Vegas, Zurich y Túnez? Seguro lo primero que muchos ciudadanos pensarían es que se trataría de “una transa” del Gobierno azul o tricolor que pretendiera la dispendiosa obra. Sin duda estaríamos ante un feroz escándalo mediático que pondría en cuestión esa barbaridad. “¡Alto a la transa!”, se diría.
Pero resulta que poco se sabe del tema y la escandalera no llega, porque el proyecto no lo propone ningún gobierno del PAN o del PRI, sino que es del PRD. Se trata de una de las genialidades del “Bicentenario” que lleva a cabo el Gobierno de Marcelo Ebrard, cuyo proyecto palomeó la mismísima Asamblea Legislativa, que tiene mayoría del PRD, claro.
Frente a una monstruosidad como ésa, es obligada la pregunta: ¿No habrá una voz sensata, con un mínimo de sentido común, racionalidad política y financiera, amor por la ciudad, talante y talento para entender la urgencia de transporte público diseñado para servir y no para lucir, que haga reflexionar al talentoso y sensible jefe de Gobierno del DF? Si no aparece esa voz y sigue ese proyecto, entonces tendremos el derecho a suponer que asistimos a la “transa del tranvía de Marcelo”.
Y ese tranvía, llamado “transa”, podría descarrilar una candidatura presidencial. En efecto, la de Marcelo.
Pero el asunto es de fondo. ¿Qué no es cierto que la izquierda mexicana siempre dijo que gobernaría distinto al PRI y a la derecha? Ya se les olvidó. Y el problema es que las malas mañas se pegan. En Zacatecas, Amalia García hizo la misma transa, y el PRI toca la puerta al Gobierno estatal. Al tiempo.
En el camino
En efecto, el fraude patriótico lo cometió en 1986 Manuel Bartlett. Además, aclara el senador Beltrones, que defendió el Estado laico en conferencia del pasado lunes, y que él no promovió la “Ley Antiaborto”.
¿Qué pensaría usted, si un Gobierno del
¿Qué pensaría usted, si se entera que ese tranvía no sólo no resuelve ninguno de los problemas básicos de transporte público —será un capricho turístico de sólo 11 kilómetros—, que costará casi lo mismo que la Línea 12 del Metro; y que con los 17 mil millones de pesos se podría completar el esquema de 10 líneas de Metrobús?
¿Cómo le caería la noticia de que el tranvía del Centro Histórico del DF sería —entre los de su tipo—, el más caro del mundo en su construcción —por kilómetro—, muy por encima de los construidos en Las Vegas, Zurich y Túnez? Seguro lo primero que muchos ciudadanos pensarían es que se trataría de “una transa” del Gobierno azul o tricolor que pretendiera la dispendiosa obra. Sin duda estaríamos ante un feroz escándalo mediático que pondría en cuestión esa barbaridad. “¡Alto a la transa!”, se diría.
Pero resulta que poco se sabe del tema y la escandalera no llega, porque el proyecto no lo propone ningún gobierno del PAN o del PRI, sino que es del PRD. Se trata de una de las genialidades del “Bicentenario” que lleva a cabo el Gobierno de Marcelo Ebrard, cuyo proyecto palomeó la mismísima Asamblea Legislativa, que tiene mayoría del PRD, claro.
Frente a una monstruosidad como ésa, es obligada la pregunta: ¿No habrá una voz sensata, con un mínimo de sentido común, racionalidad política y financiera, amor por la ciudad, talante y talento para entender la urgencia de transporte público diseñado para servir y no para lucir, que haga reflexionar al talentoso y sensible jefe de Gobierno del DF? Si no aparece esa voz y sigue ese proyecto, entonces tendremos el derecho a suponer que asistimos a la “transa del tranvía de Marcelo”.
Y ese tranvía, llamado “transa”, podría descarrilar una candidatura presidencial. En efecto, la de Marcelo.
Pero el asunto es de fondo. ¿Qué no es cierto que la izquierda mexicana siempre dijo que gobernaría distinto al PRI y a la derecha? Ya se les olvidó. Y el problema es que las malas mañas se pegan. En Zacatecas, Amalia García hizo la misma transa, y el PRI toca la puerta al Gobierno estatal. Al tiempo.
En el camino
En efecto, el fraude patriótico lo cometió en 1986 Manuel Bartlett. Además, aclara el senador Beltrones, que defendió el Estado laico en conferencia del pasado lunes, y que él no promovió la “Ley Antiaborto”.
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