México

Mantener los comicios es la mejor decisión

No debe confundirse una situación de inseguridad, por más grave que ésta sea, con un escenario de descomposición del sistema democrático

La determinación de mantener para este domingo 4 de julio la elección en Tamaulipas a pesar del asesinato de Rodolfo Torre Cantú, es la mejor decisión adoptada por las autoridades en medio del temor y la incertidumbre social. Envía un mensaje de confianza a los ciudadanos: ningún crimen desviará ni anulará resoluciones de las instancias públicas surgidas del pacto democrático que fundó al Estado.

Ofrece también la certeza de que por encima del poder violento de quienes viven al margen de la ley e intentan imponerse a la mayoría que actúa bajo la tutela del estado de Derecho, permanece erigida una autoridad legítima dispuesta a actuar frente a amenazas reales.

Los premisas anteriores se inspiran en un sentido práctico de los hechos y en la posibilidad efectiva de construir un escenario inmediato que ofrezca normalización frente a las condiciones surgidas de la muerte de un candidato que, de facto, era el futuro gobernador del Estado.

En cambio, si se retrasa la fecha de la elección al amparo del argumento de que no existen garantías mínimas para organizar una jornada electoral, ¿qué autoridad, en qué plazo, está en condiciones de “limpiar” totalmente al Estado de Tamaulipas en un periodo relativamente breve, para convocar entonces a una elección constitucional? Esa no es una opción realista.

Aceptado lo anterior, es imperativo proponer una definición de “garantías mínimas para una elección”. Se trata de un concepto derivado del Derecho y el Sistema Electoral vigentes; involucra la factibilidad de que los ciudadanos en ejercicio de sus derechos cuenten con un padrón validado por una autoridad electoral establecida, que a su vez calificó y certificó previamente a candidatos propuestos por partidos políticos con registro. Tales condiciones imperaron mientras Torre Cantú fue candidato y persisten todavía.

No debe confundirse una situación de inseguridad, por más grave que ésta sea, con un escenario de descomposición del sistema democrático. No es el caso. No existen indicios de que los actores criminales pretendan legitimarse; muy por el contrario, maniobran contraviniendo la ley y sin importar cuán grande sea su capacidad de violencia, pesará sobre ellos y sus acciones la expectativa imprescriptible de castigo.

El 4 de julio, los habitantes de Tamaulipas y de otras 11 entidades del país podrán acudir a las urnas y si muestran su credencial de electores a los funcionarios de casilla, si están debidamente empadronados, recibirán las boletas correspondientes para votar por quienes eventualmente, serán sus próximos gobernantes.

Efectivamente, habrá temor y será necesario incrementar los operativos de seguridad, pero al final de la jornada se habrá cumplido el objetivo que está por encima de cualquier candidato y partido: renovar las estructuras de Gobierno con apego a nuestra democracia.
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