México
Manantiales en peligro
Más allá de las creencias religiosas, no podremos salvarnos como Humanidad si no cuidamos el agua
No cabe duda: la más ilustre vecina es la Señora de la Expectación, la de Zapopan, una Virgen preñada que termina su gira por las parroquias al final del temporal y regresa a su loma de manantiales a esperar más quietecita la fiesta de la Natividad. Aunque la María del Evangelio nada quieta anduvo los días previos al alumbramiento, cumpliendo legislación de censos, trepada en un burro que San José jalaba rumbo a Belén. En avanzado estado de embarazo, acató el derecho de su tiempo.
No así quienes en Guadalajara, al final de la administración municipal pasada, dieron visto bueno a la construcción de un hotel de ¡25 pisos!!! justo junto al centro comercial El Pabellón, en una zona de recarga de mantos acuíferos de Los Colomos, allí donde el uso y destino del suelo debe ser mixto, o sea, no especializado, no intenso… (Mural, 21/IX y 10/X/2010, Comunidad).
Más allá de las creencias religiosas, no podremos salvarnos como Humanidad si no cuidamos el agua. Sin ella no podemos vivir. Hasta donde sé, 30% del agua para Guadalajara proviene de la cuenca de Los Colomos.
La Ley de Desarrollo Urbano del Estado de Jalisco, ordena: “Preservar y mejorar las áreas forestadas, ríos, escurrimientos y acuíferos en el centro de población y sus áreas de apoyo.” (Fracción V del artículo 77).
La construcción de El Pabellón ameritó la Recomendación 13/2000 de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (www.cedhj.org.mx), por violación al derecho a un medio ambiente sano y ecológicamente equilibrado, al aprobar el Gobierno municipal un plan parcial ad hoc, que salvaba la apariencia de legalidad, pero vulneraba las disposiciones del Plan de Desarrollo Urbano de la zona a la que pertenece dicho centro (y ahora el hotelito anunciado).
Se permitió así un uso del suelo especializado (comercial), donde sólo cabían usos mixtos (habitacionales mezclados con otros no predominantes), precisamente para cuidar los manantiales.
No fueron muy felices entonces las actuaciones del Ayuntamiento, la Comisión Estatal de Ecología, la Procuraduría de Desarrollo Urbano, entre otras. Ahora, por fortuna, algunas de estas instancias han tomado cartas en el asunto para proteger Los Colomos. De lo contrario, habrá que pedir a la Señora de los Manantiales un milagro.
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