México
Los que quieren sacar a Gómez Mont
Dos secretarios de Estado, vieron en la renuncia del Fernando Gómez Mont al PAN la posibilidad de sacarlo del gabinete del Presidente Calderón
Partido Acción Nacional (PAN) la posibilidad de sacarlo del gabinete del
Presidente Calderón.
Aun cuando el secretario de Gobernación se pronunció en público en el sentido de que no aspira a la primera magistratura en 2012, se sabe que sus cercanos no descartan este escenario, él cada vez es menos contundente al rechazarlo y su interlocución eficaz con los partidos —por lo menos hasta la semana pasada— lo ponen a expensas de quienes tienen la misma aspiración política.
Un secretario dice que la renuncia de Gómez Mont es una fantochería y no la acción de un político, otro asegura que ha perdido todo poder como brazo derecho del Presidente y que por tanto no tiene sentido su permanencia en el gabinete. Se suman a estas voces las de quienes avalan desde su panismo la pragmática alianza con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) echando mano de candidatos con un pasado priista. El objetivo ya no es sólo sacar al secretario de Gobernación de la carrera presidencial, sino de la administración calderonista.
Para contrapesar, Gómez Mont ha logrado generar en torno a sí otro “engendro” de coalición política: su “padre político” Diego Fernández de Cevallos y el ex presidente Vicente Fox están de acuerdo en su actitud. Y ha intentado demostrar que mantiene su capacidad de interlocución, sentando el lunes por la noche, en su mesa de Bucareli y simultáneamente, al jefe de Gobierno del Distrito Federal, el perredista Marcelo Ebrard, y al gobernador del Estado de México, el priista Enrique Peña Nieto. Nadie del PAN salió en esa foto.
Ayer, en declaraciones publicadas en la prensa, Gómez Mont asegura que no consultó con el Presidente Calderón (sino que le informó después) el pacto que negoció con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para que este partido aprobara junto al PAN los impuestos, a cambio de que el blanquiazul no se aliara con el PRD en los estados gobernados por los tricolores. Esto sólo puede ser explicado en dos vertientes: que el secretario cometió un acto de novatez política no visto en él en lo que lleva de gestión, o que está poniendo el cuerpo para que la bala envenenada no le llegue a su jefe, a quien los priistas acusan de no cumplir su parte en los pactos. El primer escenario dejaría debilitadísimo ante su gobierno y su ex partido a Gómez Mont. El otro le daría fuerza y legitimidad en el ánimo presidencial. Sólo el tiempo y los cambios o no en el gabinete podrán resolver esta disyuntiva.
En el camino, si al Presidente le sale la jugada política de haber usado al PRI para los impuestos y ahora encontrar en el PRD un aliado que vote a favor sus reformas en el Congreso, será una victoria insospechada.
Saciamorbos
En Bucareli sostienen que un maximato los tiene contra las cuerdas mediáticas.
Dos secretarios de Estado, interesados en la sucesión presidencial, vieron en la renuncia del Fernando Gómez Mont al
Aun cuando el secretario de Gobernación se pronunció en público en el sentido de que no aspira a la primera magistratura en 2012, se sabe que sus cercanos no descartan este escenario, él cada vez es menos contundente al rechazarlo y su interlocución eficaz con los partidos —por lo menos hasta la semana pasada— lo ponen a expensas de quienes tienen la misma aspiración política.
Un secretario dice que la renuncia de Gómez Mont es una fantochería y no la acción de un político, otro asegura que ha perdido todo poder como brazo derecho del Presidente y que por tanto no tiene sentido su permanencia en el gabinete. Se suman a estas voces las de quienes avalan desde su panismo la pragmática alianza con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) echando mano de candidatos con un pasado priista. El objetivo ya no es sólo sacar al secretario de Gobernación de la carrera presidencial, sino de la administración calderonista.
Para contrapesar, Gómez Mont ha logrado generar en torno a sí otro “engendro” de coalición política: su “padre político” Diego Fernández de Cevallos y el ex presidente Vicente Fox están de acuerdo en su actitud. Y ha intentado demostrar que mantiene su capacidad de interlocución, sentando el lunes por la noche, en su mesa de Bucareli y simultáneamente, al jefe de Gobierno del Distrito Federal, el perredista Marcelo Ebrard, y al gobernador del Estado de México, el priista Enrique Peña Nieto. Nadie del PAN salió en esa foto.
Ayer, en declaraciones publicadas en la prensa, Gómez Mont asegura que no consultó con el Presidente Calderón (sino que le informó después) el pacto que negoció con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para que este partido aprobara junto al PAN los impuestos, a cambio de que el blanquiazul no se aliara con el PRD en los estados gobernados por los tricolores. Esto sólo puede ser explicado en dos vertientes: que el secretario cometió un acto de novatez política no visto en él en lo que lleva de gestión, o que está poniendo el cuerpo para que la bala envenenada no le llegue a su jefe, a quien los priistas acusan de no cumplir su parte en los pactos. El primer escenario dejaría debilitadísimo ante su gobierno y su ex partido a Gómez Mont. El otro le daría fuerza y legitimidad en el ánimo presidencial. Sólo el tiempo y los cambios o no en el gabinete podrán resolver esta disyuntiva.
En el camino, si al Presidente le sale la jugada política de haber usado al PRI para los impuestos y ahora encontrar en el PRD un aliado que vote a favor sus reformas en el Congreso, será una victoria insospechada.
Saciamorbos
En Bucareli sostienen que un maximato los tiene contra las cuerdas mediáticas.
Síguenos en