México
Los pajarillos cantan
En tono triunfante, el Presidente anunció el fin de la recesión. Según dijo, la economía creció 2.7% en el último trimestre
Presidente anunció el fin de la recesión. Según dijo, la economía creció 2.7% en el último trimestre; se generaron más de 200 mil empleos en los últimos cinco meses. La reacción no se hizo esperar: los comentarios públicos calificaron la declaración de “broma”, “mentira” e incluso “traición”.
López Obrador siguió la línea y Ebrard refutó: “La crisis continúa, al menos en el Valle de México”. Nadie apoyó al Presidente; la incredulidad fue mayor.
Las reacciones no sólo fueron expresión de inconformidad ante lo que dice la autoridad, sino manifestación de la profunda y creciente distancia entre el Gobierno y la cruda realidad cotidiana. Ya el INEGI había revelado que el desempleo alcanzó 6.41% en septiembre; 900 mil personas han perdido su fuente de trabajo. Y no sólo eso: el Índice de Confianza del Consumidor se desplomó en octubre a 77 puntos, por debajo de la zona de mínimos. No se perciben salarios, no se consumen productos.
¿Qué tipo de conclusiones saca el Presidente? ¿Qué credibilidad merecen sus palabras? Una cosa es que una cifra cambie y otra, muy distinta, que el cambio sea sostenido y la recesión haya terminado. A decir del periodista Enrique Quintana, “todo depende de si salir de la recesión es pasar de estar dos o tres metros bajo el agua, a estar uno y medio; el caso es que seguimos bajo el agua”. Una cosa es que cambie el signo del movimiento económico y otra muy distinta es que tengamos garantía de que la tendencia hacia arriba será permanente. Las economías siguen respirando con aparatos, a través de los estímulos fiscales y monetarios, pero la respiración artificial no puede ser para siempre.
Aún falta tiempo para ver resultados. Tendremos que aguardar hasta el segundo semestre de 2010 para que aumente el empleo; dos años para ver incrementos en salarios. Para regresar a donde estábamos en 2008 todavía tardaremos entre 24 y 36 meses.
Ante la urgencia de fabricar “buenas noticias”, las palabras del Presidente parecen declaraciones de un hombre aturdido. Y más con la aprobación de una reforma fiscal cuyas modificaciones apuntan a estrangular al contribuyente; una ley para el rescate financiero del Estado, que no se preocupa por salvar de la quiebra a miles de empresas y a millones de familias. No cabe duda, el código postal de Los Pinos se ubica aparte; ahí, donde los pajarillos cantan.
RENDIJA: Nuestra plena solidaridad es con los periodistas Ciro Gómez Leyva y Carlos Marín, atosigados por Martín Esparza, líder de los restos del SME; los acusa de mercenarios y capos de los medios. Viva la réplica en los bueyes de mi compadre, dirán los eléctricos.
En tono triunfante, el
Las reacciones no sólo fueron expresión de inconformidad ante lo que dice la autoridad, sino manifestación de la profunda y creciente distancia entre el Gobierno y la cruda realidad cotidiana. Ya el INEGI había revelado que el desempleo alcanzó 6.41% en septiembre; 900 mil personas han perdido su fuente de trabajo. Y no sólo eso: el Índice de Confianza del Consumidor se desplomó en octubre a 77 puntos, por debajo de la zona de mínimos. No se perciben salarios, no se consumen productos.
¿Qué tipo de conclusiones saca el Presidente? ¿Qué credibilidad merecen sus palabras? Una cosa es que una cifra cambie y otra, muy distinta, que el cambio sea sostenido y la recesión haya terminado. A decir del periodista Enrique Quintana, “todo depende de si salir de la recesión es pasar de estar dos o tres metros bajo el agua, a estar uno y medio; el caso es que seguimos bajo el agua”. Una cosa es que cambie el signo del movimiento económico y otra muy distinta es que tengamos garantía de que la tendencia hacia arriba será permanente. Las economías siguen respirando con aparatos, a través de los estímulos fiscales y monetarios, pero la respiración artificial no puede ser para siempre.
Aún falta tiempo para ver resultados. Tendremos que aguardar hasta el segundo semestre de 2010 para que aumente el empleo; dos años para ver incrementos en salarios. Para regresar a donde estábamos en 2008 todavía tardaremos entre 24 y 36 meses.
Ante la urgencia de fabricar “buenas noticias”, las palabras del Presidente parecen declaraciones de un hombre aturdido. Y más con la aprobación de una reforma fiscal cuyas modificaciones apuntan a estrangular al contribuyente; una ley para el rescate financiero del Estado, que no se preocupa por salvar de la quiebra a miles de empresas y a millones de familias. No cabe duda, el código postal de Los Pinos se ubica aparte; ahí, donde los pajarillos cantan.
RENDIJA: Nuestra plena solidaridad es con los periodistas Ciro Gómez Leyva y Carlos Marín, atosigados por Martín Esparza, líder de los restos del SME; los acusa de mercenarios y capos de los medios. Viva la réplica en los bueyes de mi compadre, dirán los eléctricos.
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