México

Los ‘‘otros’’

No han sido escuchados muchos de los movimientos sociales los cuales bajo el lugar común son desacreditados

Independientemente de que a estas alturas tengan la razón o no, los trabajadores del SME son foco de tensión y atención. Ya no se puede ver este asunto como del pasado, es un tema de presente y por lo que se vio ayer en la tarde y lo que se anuncia para esta mañana el problema está lejos de resolverse. El hecho de que líderes del movimiento de San Salvador Atenco, recientemente liberados, grupos de Pasta de Conchos, del movimiento Eureka, incluso de Amnistía Internacional, se unan a los huelguistas del SME le da un giro más a un movimiento que está lejos de diluirse.

Cayetano Cabrera y Miguel Ángel Ibarra saben que su vida todavía está en lo que ellos decidan. Sin embargo, ya estamos en los márgenes de las corresponsabilidades. La razón está en que a estas alturas es obligación de los líderes del SME y de las autoridades buscar entendimientos, porque día que pasa día que se acerca la muerte.

Movimientos como el del SME, el de San Salvador Atenco, el de Pasta de Conchos, y el de padres y madres de los niños muertos en la guardería ABC, cada uno en su dimensión y espacio, no han sido analizados en su exacta dimensión. Hacerlo lleva a entender sus razones, y sobre todo a tener información de lo que realmente sucede. Hace unos días que conversamos con Ignacio del Valle constatamos que mucho de lo que paso en Atenco y en la cárcel ha sido visto unilateralmente, o a través de lo que provocaron las imágenes difundidas por la televisión en los primeros días de mayo del 2006.

No han sido escuchados muchos de los movimientos sociales los cuales bajo el lugar común son desacreditados. Entre que los funcionarios se encargan de dar su versión en todo lugar en donde pueden, los cuales por cierto son muchos, y que hay pocos afanes para hablar con los estigmatizados, vivimos básicamente con las versiones oficiales.

Si Ignacio del Valle, su hija América y Felipe Alvarez quedan libres la justicia es discrecional. Si están en la cárcel se está atacando por fin a los que protestan o andan cerca de la “sublevación”. Hemos sido testigos en innumerables ocasiones de la utilización de la política por parte de grupos que hoy se oponen a la protesta. En medio de divisiones y problemas el gobierno y los partidos están obligados a escuchar a quienes sin estar dentro de la vida política institucional aseguran estar dispuestos a entrar en la vida del país. No hay ingenuidades, pero mientras no escuchemos a esos que llamamos los “otros”, una parte del país seguirá entre congelada y atascada. Unos están obligados a escuchar y negociar, los “otros” están obligados a buscar salidas y no alargar los problemas para los intentos de la rentabilidad política. Son muchos los agravios pero no podemos como está el país sumergirnos en ellos.

¡OOUUCHCH! ¿Quién será el mexicano del bicentenario? En octubre sabremos.
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