México
Los jugos de Colima
La muerte de Cavazos provoca lluvia de condolencias. La ‘‘enérgica’’ condena del Gobierno (en el fondo una velada confesión de ineptitud)
La muerte de Cavazos provoca lluvia de condolencias. La “enérgica” condena del Gobierno (en el fondo una velada confesión de ineptitud). Se eriza el ambiente. Las autoridades lanzan al aire la promesa de toda la vida, o de toda la muerte: “El deplorable crimen, ‘vil y brutal’, no quedará impune”. “Investigaremos hasta las últimas consecuencias”. Demasiados adjetivos para un hecho sustantivo.
El contexto del crimen es doble: la imparable violencia y la visita presidencial a Manzanillo. El crimen es desafío al Estado —como los narcobloqueos de Monterrey, los éxodos provocados por el sicariato delincuencial, la inseguridad en los caminos o los abusos policiacos y militares contra la población—. Las alusiones abiertas o veladas a la resignación resultan cínicas por inútiles. Las evidencias demuestran que no vamos ganando “la guerra”. Por cierto, en Manzanillo el Gobierno no puede solo. Concesiona la operación del puerto a 14 empresas privadas. Para bien y para mal. Es entrada y salida de los cargamentos asiáticos de droga. ¿Cuántas agujas se han hallado en ese pajar? ¿O ya olvidamos el caso???? El de “coopelas o cuello”.
Al ex gobernador Cavazos le tocó cuello. La vida le jugó macabro. Subió al poder por causa de otro hecho violento: su antecesor se mató en un avionazo. No faltará quien hable mal del nuevo muerto. Total, ya no puede defenderse. En vida lo acusaban de enriquecimiento ilícito. Sus adversarios aseguran que escondía basura bajo la alfombra. (¿?)
¿Qué pasa en la tierra de Pedro Páramo?, preguntarían Griselda Álvarez y Miguel de la Madrid. ¿Ya no hay rincones para el cuento? Colima es hervidero. Lo que sucede nadie quiere verlo, menos decirlo.
EL MONJE LOCO: Se esfuman las posibilidades de una alianza PRD-PAN en el Estado de México. López Obrador la vomita. Corta camino. Se saca de la manga otra “Juanita”: la impronunciable Yeidckol Polevnsky. La misma que perdió hace cinco años. El PRD mexiquense trina. La izquierda desunida será vencida por terca, por necia o por “default”. Le hace la chamba al “peñanietismo”. Los Chuchos son chamaqueados. Han negociado con el empresario Alejandro Martí, con De la Fuente, hasta con el priista Eruviel Ávila. Ninguno transa. Ebrard podría ser clave. Enseña el músculo al lado de las esfinges. Podría convencer a “Los Chuchos” de apoyar a Encinas. Unir a las tribus enconadas. Pero Encinas no quiere. Sólo obedece a un amo. Mientras, Peña Nieto hace sumas y restas.
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