México
‘‘Los gritos conmemorados’’
Si de verdad quiere saber cómo estuvo el grito de Hidalgo, lo primero que debe hacer es no creer en lo que dice el Gobierno
Pero eso sí, se organizó una megapachanga a todo trapo, nada más y nada menos que casi tres mil millones de pesos, sí señor, que no se vea pobreza, además hay que satisfacer la morbosidad del infelizaje que cree que algo habrá quedado a los que administraron la lanita.
Como en todo, hay muchos a los que le pareció una exageración, un gasto inútil, y otros entre los que se encuentran los políticos que repartieron la lana y la bola de cantantes, gritantes, brincantes y demás sujetos que viven de la tandareola, esos quedaron muy pero muy contentitos, al fin para eso es la lana, para que ruede. Otros que han de haber quedado muy contentos podrían haber sido los malos, porque con el miedo que tenía la autoridad de que hubiera atentados ocuparon a todas las fuerzas del orden, incluyendo al Ejército y la Marina, en cuidar a los gorriones con lo que los malos no habrían tenido quien los molestara, claro, a menos de que hubieran ido al festejo.
Si de verdad quiere saber cómo estuvo el grito de Hidalgo, lo primero que debe hacer es no creer en lo que dice el Gobierno, que es muy raro que diga la verdad, y cuando lo hace es porque se equivocaron, pero en la revista “Letras Libres” apareció un artículo de Carlos Herrejón que fundado en lo que publicó a principios del pasado siglo José Hernández y Dávalos, es un buen artículo, digo si usted quiere tener una idea cercana a la verdad, si no, pues lea historia ficción.
A final de cuentas todas las historias son válidas, mi hija queriendo encender el ánimo patriótico en mi nieta Paloma, quien tiene seis años, le preguntó si sabía por qué se celebraba el Grito, a lo que la chiquilla contestó que sí, y agregó: “Fue cuando unos alienígenas (indígenas) se juntaron en una iglesia para declarar la guerra”. Sorprendida, la madre dejó que continuara la historia y siguió Paloma diciendo: “Hubo una batalla donde unos niños que eran solitarios (soldados), esos que se visten de verde, y vivían en la punta de un cerro y con su maestro por el telescopio vieron que venía otro solitario, pero era de otros, entonces iba a quemar la Bandera y se enrolló y se tiró al barranco”.
Así, cada quien, hasta un niño, puede tener la historia que le pegue la gana, al fin y al cabo no pasa nada.
Síguenos en