México

Los calderonistas divididos

Pulverizado el CEN panista, la contienda por las dos sucesiones tendrán que negociarse entre los dos grupos de calderonistas

La versión más mencionada hasta el momento, es que el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, entró a la oficina de su jefe, el Presidente Felipe Calderón, y le entregó documentos que no dejaron espacio a la duda: la entonces jefa de la Oficina de la Presidencia, Patricia Flores, había obtenido presuntas ganancias económicas personales a costa del presupuesto del Bicentenario.

Con tal expediente en la mano, apuntan todos los misiles, el Primer Mandatario despidió a quien había sido colaboradora de todas sus confianzas, operadora de primera línea, al grado de granjearse la enemistad de no pocos secretarios de Estado e integrantes del equipo de Los Pinos.

La salida se hizo oficial el 14 de julio. Por las publicaciones que abordaron los motivos de su “renuncia”, muchos hubiesen pensado que Paty Flores —hasta por conveniencia para que no creciera el escándalo— se dedicaría a actividades privadas. Nada más lejano. La ex número dos de Los Pinos está actuante y con ganas de seguir incidiendo.

Su primer refugio lo encontró en varios gobernadores, con quienes entró en comunicación a su salida de la oficina presidencial para brindarles su capacidad de operación y gestión, cotizar sus contactos dentro de la Administración Pública Federal y los poderes Legislativo y Judicial.

Paralelamente, acrecentó su participación en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Acción Nacional (PAN): autodefinida como de la corriente calderonista, se ha aliado con Jorge Manzanera, más bien identificado con la extrema derecha yunquista y operador electoral de fama efectiva en el blanquiazul. Entre ambos, apuntalan la aspiración de Gustavo Madero para suceder a César Nava en la dirigencia nacional del partido y promueven la precandidatura presidencial del secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio.

Sin embargo, los calderonistas están divididos: Nava y Germán Martínez, ex dirigente del PAN y ex secretario de la Función Pública, tienen en Ernesto Cordero, secretario de Hacienda, a su precandidato favorito rumbo a 2012 y están dispuestos a retirar su voto al senador Madero, si éste muestra señales de hermandad con Patricia Flores, con quien tienen explícita enemistad.

Pulverizado el CEN panista, la contienda por las dos sucesiones —la de dirigente nacional y la de candidato presidencial— tendrán que negociarse entre los dos grupos de calderonistas, los integrantes del movimiento de ultraderecha Yunque y un tercio del Comité que tradicionalmente responde a intereses individuales y estatales, y que no está agrupado en una corriente nacional.

Saciamorbos


En la lista de aspirantes a dirigir el PAN post Nava, figuraba —lo que hay que ver— Cecilia Romero, la vapuleada ex directora del Instituto Nacional de Migración. No era la única mujer: sigue apuntada la senadora por Nuevo León, Blanca Judith Díaz Delgado.
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