México
Los Virreyes
Lo mejor que le ha podido pasar a los gobernadores, es que todo se centre en el Presidente
Nayarit es ejemplo reciente. Se incubó el narco en el Estado y en Tepic. Todos lo veían venir y tenían evidencia de que algo pasaba. Desde hace dos semanas, se ha ido perdiendo el control de las calles. Particularmente, el pasado fin de semana quedó en evidencia cómo se están descomponiendo las cosas. El director del CERESO en Tepic fue asesinado junto a su esposa. El fin de semana se presentó una intensa balacera en un centro comercial, lo que produjo crisis y miedo entre los nayaritas. Este lunes la ciudad se llenó de rumores que iban desde el presunto secuestro de la esposa del gobernador, hasta los temores de miles de padres de familia por sus hijos debido a que se dijo que narcos iban a meterse a las escuelas por los hijos de otros narcos para secuestrarlos.
La vida de una ciudad tranquila ha pasado por un proceso de transformación dramático. La gente no quiere salir a la calle. Se les ha venido encima lo que creían que sólo pasaba en otros lugares. Hace lo que quiere, termina los cursos escolares con semanas de antelación por aquello de la “precaución”, y actúa como si estuviéramos bajo un virreinato. La semana pasada estuvimos en una muy interesante reunión con mujeres periodistas, y no fue difícil percatarse de las dificultades para ejercer el oficio localmente.
Por una parte, enfrentan el férreo control del Gobierno sobre los medios, en algunos casos quieren seguir dictando, desde Palacio de Gobierno, las ocho columnas de los diarios o cómo deben ser presentadas las noticias en radio y televisión. Por otra, están ya viviendo bajo el riesgo del narcotráfico. Nayarit, al fin y al cabo, no es diferente de otros estados.
Los gobiernos estatales se mueven entre grandes cantidades de dinero estableciendo sus reglas en política, a la vez que determinan la forma en que se otorgan contratos y licitaciones bajo el ejercicio autoritario del poder.
La Presidencia ha “ayudado” paradójicamente a los gobernadores. Al concentrar decisiones y controles, le pasa como en Juárez, en donde si alguien quedó en evidencia es el Ejecutivo, lo que le permitió al presidente municipal y al gobernador nadar de pechito. Los virreyes no sólo están en Nayarit.
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