México
Lorena la Grande
De nueva cuenta Lorena Ochoa nos ha dado una muestra de su grandeza, de su madurez de joven e inteligente mujer, al decidir retirarse del golf profesional en la cúspide de su carrera como la número uno del mundo
Así, como señala la canción de Manuel Ascanio, el otro tapatío que se dio a conocer con la canción “Dos Amores”, Lorena dijo adiós con lágrimas en los ojos, pero con su bella cara iluminada de alegría a uno de sus grandes amores, acaso el primero en su vida —luego del de sus padres y familia, por supuesto—, el que le dio tantas y tantas satisfacciones, el que le costara tantos desvelos y jornadas de intensos entrenamientos, de sucesivos viajes a diferentes rumbos del planeta, el que le robó los años más íntimos de su vida, pero que de no haber sido por ello, no habría podido asumir el trono del cual hoy ha decidido bajarse para dedicarse a su familia, a su segundo amor —su esposo— y a ella misma, para abrazar lo que antes postergó.
Una decisión que no es fácil tomar para ningún ser humano, pero que para Lorena significa ratificar lo que los tapatíos, los jaliscienses, los mexicanos y la comunidad internacional piensa de ella, como una fuera de serie, un ser humano sensible, ejemplo de profesionalismo, sencillez, humildad y siempre dispuesta a dar, a darse a favor de las mejores causas, ya sea como deportista en un campo de golf, en las calles corriendo una carrera a favor de enfermos de cáncer, o como Embajadora Turística de Jalisco, siempre aportando su sonrisa, su gracia femenina, su don de tapatía bien nacida.
Dichoso aquél que logró “robarle el corazón” (Andrés Conessa), el mismo que le da la fuerza para despedirse de aquel primer amor (sólo en el terreno profesional, en el de las bolsas millonarias), mayor demostración pública de amor no podría imaginarse.
Parece que fue ayer cuando Rudy Rosales traía a la redacción de EL INFORMADOR las tomas realizadas a una pequeña que ya desde entonces era grande, quien daba sus primeros pasos en el Torneo GADO —de tantos y tantos recuerdos— en el campo del Country Club, en el Santa Anita, el Atlas y en Bosques de San Isidro, además de aquellos en donde la gira juvenil les exigía y les brindaba la oportunidad de ir creciendo.
Enhorabuena Lorena, los mexicanos seguiremos reconociéndote como lo que siempre haz sido un ser humano Grande, Grande, Grande.
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