México
López Obrador proyecta a Morena como nuevo partido político
El político tabasqueño anuncia en el Zócalo que se separa del Movimiento Progresista que lo postuló a la elección presidencial y, por ende, su renuncia al PRD
En una asamblea informativa efectuada en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México, la cual tuvo gran convocatoria, el ex abanderado presidencial rechazó cualquier manifestación de violencia, anunció medidas de desobediencia civil pacífica y consideró que en México aún no hay democracia y que no es sencillo concretar la transformación pacífica y profunda que necesita el país.
“En lo que a mí corresponde, en esta nueva etapa de mi vida, voy a dedicar toda mi imaginación y trabajo a la causa de la transformación de México, lo haré desde el espacio que representa Morena, por esta razón me separaré de los partidos del Movimiento Progresista”.
El ex jefe de gobierno del Distrito Federal reiteró que no reconocerá a Enrique Peña Nieto como presidente legítimo de México, y por ello rechazó el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que declaró válida la elección presidencial del pasado 1 de julio.
“Nunca vamos a jugar el papel de paleros del régimen antidemocrático, por el contrario, lucharemos siempre por abolirlo. Considero que haríamos mal en darle vuelta a la página como si nada hubiera pasado, sería tanto como prestarnos para dejar cancelada en los hechos, la vía democrática”.
López Obrador aseveró que no reconocer a Peña Nieto como presidente legítimo, forma parte del plan de desobediencia civil que incluye el compromiso de seguir luchando bajo el principio de la no violencia, sin afectar a terceros.
Sobre todo, oponerse de manera pacífica a la aplicación de las llamadas reformas estructurales como la laboral, fiscal, energética y todas aquellas que vayan, dijo, contra los intereses del pueblo y de la nación.
Adelantó que seguirá trabajando en el fortalecimiento de Morena y que participará, a partir del 12 de septiembre, en los congresos distritales en donde se decidirá de manera democrática si continúa como asociación civil o se constituye como partido político.
“Con Morena defenderemos a los que sufren injusticias, protegeremos a los débiles y cuidaremos el patrimonio nacional con toda nuestra fuerza como es evitar la privatización del petróleo”.
El ex candidato presidencial del Movimiento Progresista indicó que en las elecciones del pasado 1 de julio se violó el Artículo 41 que establece que las elecciones deben ser libres y auténticas.
“Ante estas violaciones, las autoridades electorales siempre se hicieron de la vista gorda. Los consejeros del IFE y magistrados del Tribunal demostraron que son personajes sin convicciones, acomodaticios, seleccionados a modo para formar parte del engranaje del régimen antidemocrático que predomina”.
Con información de NTX
FRASE
"No es una ruptura (...) Me separo de los partidos progresistas con profundo agradecimiento a sus dirigentes y militantes."
Andrés Manuel López Obrador, ex candidato presidencial.
TELÓN DE FONDO
Morena, la estructura lopezobradorista
La historia del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) es relativamente reciente.
Para algunos, fue un movimiento que nació para dar cabida a los reclamos sociales; para otros, se trató de la estructura de Andrés Manuel López Obrador para llegar mejor posicionado a la elección presidencial. Sea cual haya sido la razón, lo cierto es que en futuro, Morena podría ser otro partido de izquierda.
El primer acto oficial de Morena del que se tiene registro, fue el 20 de marzo del año pasado, en el Auditorio Nacional. En ese acto, López Obrador anunció un plan de acción de 50 puntos, entre los que se incluían el combate contra los monopolios, una revolución educativa, la democratización de los medios de comunicación; también consideraba cuidar el prestigio de las Fuerzas Armadas, mediante el retiro de éstas de la guerra contra el narcotráfico.
El segundo acto relevante tuvo lugar el 2 de octubre, también de 2011. Nuevamente en el Auditorio Nacional, López Obrador formalizó a Morena como una Asociación Civil.
En ese evento, el ex jefe de Gobierno del Distrito Federal anunció a su equipo de trabajo, quienes lo acompañarían durante su campaña presidencial. Entre ellos estaba la escritora Elena Poniatowska, a quien el tabasqueño propuso como secretaria de Cultura, en caso de llegar a la Presidencia.
El de ayer, pues, puede considerarse como el tercer gran paso en la corta historia de Morena.
ANÁLISIS
La vida sin AMLO
Enrique Toussaint (periodista)
Lastre y caudillo para unos, líder y símbolo de la izquierda para otros. Espejo de la herencia nacional-revolucionaria y reflejo de los pulsos conservadores que aún perviven en la izquierda. Andrés Manuel López Obrador es todo eso. Una mezcla de unidad y fragmentación para el pensamiento progresista de México, la más viva imagen de la carencia de institucionalidad que ha caracterizado en la izquierda desde la fundación del Partido Comunista Mexicano hasta nuestros días. López Obrador le dijo adiós al Partido de la Revolución Democrático (PRD), a ese instituto político que ya había abandonado en los hechos desde 2007.
Ahora, tras dos elecciones presidenciales perdidas, López Obrador apuesta por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), un aparato social y político construido a imagen y semejanza de sus intereses. Una estructura territorial de gran obediencia y verticalidad, que se moverá bajos sus dictados. La decisión de López Obrador es clara: la supervivencia política. En el PRD ya no tiene espacios, las Cámaras tienen otros dueños y los gobiernos estatales ni que decir. Marcelo Ebrard y los “Chuchos” emergen de la elección como los empoderados del partido. Por el otro lado, el Partido del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano (MC) seguirán siendo piezas de articulación para el tabasqueño, actor de reparto en esta obra.
Es un divorcio por conveniencia, para el PRD el sesgo antiinstitucional de López Obrador es insostenible. Para López Obrador, la postura pactista del PRD es simplemente inaceptable. El sol azteca no podía dilapidar un capital político de millones de votos por mantener el “juego de la calle” del ex jefe de Gobierno del Distrito Federal. López Obrador no podía convertirse en un militante más, en una “voz moral” que tradujera en reformas el capital político acumulado.
La decisión de López Obrador lo acerca a la candidatura de 2018 (seguramente estará por tercera vez en la boleta), pero lo aleja radicalmente de la Presidencia de la República. Desde Morena es muy difícil que López Obrador se deslice hacia el centro y capte al votante independiente que tanto le ayudó a acercarse a Enrique Peña Nieto en esta elección. Por su parte, el PRD tiene la oportunidad de convertirse en un partido de izquierda moderna, con agenda propia e institucionalidad a prueba de caudillos. El pragmatismo de los “Chuchos” y de Ebrard es una brújula que acercará al PRD a las reformas y al debate parlamentario. También, es una oportunidad para que la izquierda abandone esos impulsos que tanto han dañado su plataforma política: falta de democracia interna; populismo fiscal y tolerancia hacia la corrupción.
Lo dijo alguna vez Roger Bartra: el PRD debe convertirse en un “partido poroso”, permeado por la ciudadanía y los liderazgos independientes. Necesitará más que pragmatismo para alcanzar la Presidencia en 2018; al fin y al cabo, es la segunda fuerza electoral del país.
Síguenos en