México
¡Lo mejor de 2010!
Vamos, vamos, sea usted optimista, no me deje solo, pretendo contagiarle de un optimismo con el cual hoy cuento para que este inicio de 2011 sea venturoso
Que ya terminó, sí, que estamos vivos y si nos ponemos ídem las cosas deben de resultar mejor en este 2011. Sobrevivimos, mientras que al menos cinco seres queridos —de un servidor— se fueron en las últimas dos semanas, vaya usted a saber si para bien, ya que lamentablemente venían arrastrando con sendas enfermedades que ya los tenían postrados en cama, y con ellos a toda su familia, de ahí que el descanso eterno debe de ser visto como un premio a su esfuerzo en esta dimensión.
Por eso es que ahora a nosotros nos corresponde seguirnos esforzando, para encontrar las fórmulas necesarias para que nuestro tránsito no sea de sacrificios, sí de esfuerzo, pero nunca o lo menos posible de sacrificios, pues eso ya es una condena para la cual no fuimos creados.
Y mire usted, nunca están de más algunos tips y mucho menos si éstos provienen de la mejor de las intenciones, luego entonces, lo primero es hacer un diagnóstico de la situación, uno global y otros de acuerdo con las prioridades de cada uno, pero sin olvidar la esencia que implica vivir en una sociedad, en una permanente corresponsabilidad para hacer bien las cosas, ser auto-suficientes en la medida de lo posible y lograr una cada vez mejor calidad de vida.
Así, habríamos de empezar por darnos cuenta que el exorbitante crecimiento demográfico, la pérdida de valores y compromiso social, además de la ineficiencia de políticos metidos a administradores, así como los altos grados de corrupción, hoy “aderezados” por un cinismo incomprensible —al menos para un servidor— son algunos de los factores que tienen al país en jaque, pero si a ello le agregamos la apatía de la ciudadanía, esa gran masa en la que nos encontramos y contamos todos, y ni quien se escape.
Luego entonces, no queda otra, o nos arriscamos las mangas de la camisa y nos ponemos manos a la obra, haciendo lo que otros no han querido o no han sabido hacer para satisfacer nuestras necesidades o para al menos allanar el camino, o seguiremos esperando —y más nos valdría sentarnos— a que otros resuelvan los problemas.
Considero que es tiempo de entrar en acción, de organizarnos como ciudadanos independientes, pero al mismo tiempo comprometidos; hacer equipo y buscar esa calidad de vida que nos merecemos y que la Naturaleza nos ofrece a manos llenas.
Síguenos en