México
Lo fácil que fue un mando único
Desde hace dos sexenios, el tema del mando único policial anda rondando los congresos, las gubernaturas, el Senado y especialmente al Poder Ejecutivo federal
Desde hace dos sexenios, el tema del mando único policial anda rondando los congresos, las gubernaturas, el Senado y especialmente al Poder Ejecutivo federal. Este año tomó fuerza en febrero, cuando en la Conferencia Nacional de Gobernadores el mandatario de Nuevo León clamó por un mando único nacional o 32 estatales. Que existan miles de mandos en el país hace muy complicada la tarea de la seguridad.
Uno puede estar de acuerdo o en desacuerdo con la medida. Se le pueden ver agujeros que se relacionan con la tradicional función de barrio de las policías municipales. Se le pueden ver desventajas políticas que dejan a los alcaldes con cartas marcadas y capital reducido. Se le pueden adjudicar problemas de operación relacionados con la forma en la que fueron elegidos cada uno de los cientos de miles de policías municipales (7% no tiene primaria, por ejemplo) y se puede pensar que es una medida centralizadora que resta soberanía al Gobierno local.
O al revés. Puede creerse que es la solución a todos los problemas de violencia, tráfico de drogas, impunidad e ineficiencia en labores de inteligencia y seguridad. Pero este texto no es para dimensionar la propuesta, es para resaltar la velocidad con la que, en un par de días, los nayaritas hicieron un convenio sencillísimo para tener unidad de mando en la capital.
El gobernador de Nayarit y el alcalde de Tepic mandaron a volar las disquisiciones infinitas y firmaron un par de hojas que sólo dicen: el mando de la Policía Municipal pasa temporalmente al Ejecutivo estatal y la relación laboral permanece en el municipio. Y tan tan.
Se agradece el primer paso en Nayarit: servirá de laboratorio. ¡Y fue sencillo! Es sorprendente.
UdeG vs Congreso
Entre el Congreso y la Universidad de Guadalajara (UdeG), no hay duda: si hubiera posibilidad de sacarle más dinero a la bolsa pública, todos los pocos pesos deberían ir a la institución de educación superior. La forma que han adoptado en esa casa de estudios para exigir la ampliación ya pasó a ser agresiva y seguramente no conducirá a resultados positivos, pero si hay que optar, habrá que hacerlo por la UdeG. Al Congreso local ni un solo peso más. Con lo que tiene ya puede pagar a todo el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. No le hace falta más.
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