México
Las nuevas urbes
Asistimos hoy a un periodo de relevos y nuevas inquietudes, las nuevas experiencias urbano arquitectónicas alteran el pensamiento y la participación
Esta ciudad aun sin nombre, será producto de la fusión de nueve ciudades, tendrá un área urbana de más de 41 mil km2 para albergar a 42 millones de personas; para darnos una idea, el área metropolitana de Guadalajara con más de 700 km2 tiene una población que apenas supera los cuatro millones de habitantes.
Entre los objetivos de esta mega ciudad, está lograr una nueva potencia económica en China con grandes beneficios en servicios. No sorprende que en los próximos seis años desarrollarán 150 mega proyectos para delinear las acciones.
¿Por qué estas propuestas en pleno siglo XXI cuando la tecnología y las comunicaciones apuestan a nuevas formas de concentración? Estudios como el dado a conocer este mes por la unidad de inteligencia de The Economist sobre las ciudades más habitables, reflejan que ninguna de las megaciudades aparecen en los primeros sitios, pero algunas de ellas sí aparecen en los últimos niveles de habitabilidad (Lagos, Dhaka).
Apoyados en los avances científicos y tecnológicos, conociendo de los fracasos de muchas grandes ciudades en ser atractivas para sus habitantes, ¿por qué seguir pensando en megaciudadades?, probablemente una respuesta a tal interrogante sería un asunto de términos.
Estudios de ONU hábitat señalan -según lo expuso el coordinador del informe de ciudades Dr. López Moreno-, que las ciudades que prosperan en el mundo tienen la característica de ser espacios que rebasan su ámbito municipal, son espacio regionales, “ciudades que prosperan se encuentran en regiones que prosperan”, bajo esa idea esta megaciudad es más bien una región, enorme, claro, porque hablamos de China.
Lo que plantea entonces el gobierno chino tiene una explicación a partir de los indicadores señalados y se ve como una importante opción para ciudades que no son capital.
La articulación es uno de los grandes retos urbanos, nuestra ciudad es realmente una zona metropolitana y con un poco de esfuerzo podría ser una región, sin embargo, si como metrópoli aun no logramos consenso en la visión de ciudad, tenemos pocas esperanzas para la visión regional.
Asistimos hoy a un periodo de relevos y nuevas inquietudes, las nuevas experiencias urbano arquitectónicas alteran el pensamiento y la participación. “Nosotros los de entonces ya no somos los mismos”, diría Pablo Neruda.
En este relevo, las nuevas formas de participación ciudadana ya incorporan la tecnología y las redes sociales, el peso en la opinión pública es cada vez mayor. La tarea pendiente está en la clase política y en la capacidad de asumir la trasformación por los especialistas urbanos.
Casos como el de la Vía Express que agoniza irreversiblemente gracias a una visión ciudadana compartida, son ahora las grandes oportunidades que nos plantea el territorio.
Estamos en un proceso de transición en la gestión de la ciudad. Lograr una ciudad-región más habitable no será por decreto como en China, será una tarea compartida.
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