México
La silla en la que murió Zapata traicionado volverá al cuartel del caudillo
La silla está siendo restaurada en Cuernavaca, en el centro de México, para ser exhibida en el museo de Tlaltizapán
Emiliano Zapata (1879-1919) fue supuestamente asesinado en una emboscada está siendo restaurada en Cuernavaca, en el centro de México, para ser exhibida en el museo de Tlaltizapán, lugar donde se ubicó el cuartel del caudillo.
Símbolo de la Revolución Mexicana (1910-1917) Zapata se enfrentó con el presidente mexicano Francisco I. Madero (1911 a 1913) en su cruzada contra la pobreza, la marginación y en favor del desarrollo rural y la propiedad compartida de la tierra.
Llamado el "Caudillo del Sur" por el dominio que sus tropas ejercieron sobre el estado de Morelos, del que Cuernavaca es capital, y otros territorios meridionales del país, murió en 1919 cuando el coronel Jesús Guajardo le tendió una trampa mortal.
Guajardo fingió enemistarse con el gobierno y lo citó el 10 de abril en la Hacienda de San Juan, en Chinameca, para supuestamente unirse a los zapatistas.
En realidad, le había preparado una emboscada que acabó con su vida.
Según se dice, a Zapata lo mataron montado en su caballo "As de Oros" y su cadáver fue exhibido en el municipio vecino de Cuautla.
Desde entonces hasta hoy la silla recorrió un largo trecho que le llevó a manos del ex presidente de México José López Portillo (1920-2004 años que vivió; 1976-1982 años que gobernó), quien la tuvo en su poder desde 1976.
A López Portillo se la donó un gobernador de Morelos, indicó a Efe el restaurador a cargo de la montura, José N. Figueroa.
La viuda del ex gobernante, la actriz Sasha Montenegro, la cedió hace unos meses al Museo de la Revolución del Sur del municipio de Tlaltizapán de Zapata, en Morelos, donde ya se exhibían el pantalón y la camisa que llevaba el "Caudillo del Sur" el día en que fue emboscado.
Antes de mostrarla al público, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) la está sometiendo desde septiembre pasado a un proceso de restauración y conservación que pasa por una limpieza profunda, ya que sufre una plaga de hongos, varias roturas, acumulación de polvo y mugre, y erosión de los bordados por el uso.
La silla, confeccionada con plata repujada y pavonada (cubierta con un óxido de un tono azulado oscuro para evitar su deterioro), además de latón, telas y cuero, estaba muy oxidada.
Figueroa sostuvo que además de la limpieza, la silla requiere de la aplicación de un fungicida y de un nutriente para la piel, y la sujeción de elementos sueltos y bordados, además de aplicar un barniz de protección.
La parte superior de la montura, donde reposa el jinete, está hecha con madera y forrada con pergamino con un medallón de plata.
Presenta una inscripción en la que se puede apreciar el lugar donde se elaboró y el nombre del fabricante.
Así, se sabe que el artesano Domingo Serrano fue el responsable de su hechura, y que tenía su taller en Los Reyes, La Paz, en el central Estado de México, en la calle Simón Bolívar, número 10.
Esta información, que puede parecer meramente anecdótica, resulta de gran importancia debido a que algunos especialistas dudan de que realmente se trate de la silla en que murió Zapata porque no presenta impactos de bala, aunque admiten que es probable que perteneciera al revolucionario.
Sea o no la silla donde murió Zapata, lo cierto es que en Morelos es parte fundamental de la leyenda del revolucionario, por lo que cuando la silla volvió al estado el pasado verano se hicieron grandes festejos a su paso, actos que se repetirán cuando próximamente regrese al museo.
CUERNAVACA, MORELOS.- La silla de montar sobre la que el revolucionario mexicano
Símbolo de la Revolución Mexicana (1910-1917) Zapata se enfrentó con el presidente mexicano Francisco I. Madero (1911 a 1913) en su cruzada contra la pobreza, la marginación y en favor del desarrollo rural y la propiedad compartida de la tierra.
Llamado el "Caudillo del Sur" por el dominio que sus tropas ejercieron sobre el estado de Morelos, del que Cuernavaca es capital, y otros territorios meridionales del país, murió en 1919 cuando el coronel Jesús Guajardo le tendió una trampa mortal.
Guajardo fingió enemistarse con el gobierno y lo citó el 10 de abril en la Hacienda de San Juan, en Chinameca, para supuestamente unirse a los zapatistas.
En realidad, le había preparado una emboscada que acabó con su vida.
Según se dice, a Zapata lo mataron montado en su caballo "As de Oros" y su cadáver fue exhibido en el municipio vecino de Cuautla.
Desde entonces hasta hoy la silla recorrió un largo trecho que le llevó a manos del ex presidente de México José López Portillo (1920-2004 años que vivió; 1976-1982 años que gobernó), quien la tuvo en su poder desde 1976.
A López Portillo se la donó un gobernador de Morelos, indicó a Efe el restaurador a cargo de la montura, José N. Figueroa.
La viuda del ex gobernante, la actriz Sasha Montenegro, la cedió hace unos meses al Museo de la Revolución del Sur del municipio de Tlaltizapán de Zapata, en Morelos, donde ya se exhibían el pantalón y la camisa que llevaba el "Caudillo del Sur" el día en que fue emboscado.
Antes de mostrarla al público, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) la está sometiendo desde septiembre pasado a un proceso de restauración y conservación que pasa por una limpieza profunda, ya que sufre una plaga de hongos, varias roturas, acumulación de polvo y mugre, y erosión de los bordados por el uso.
La silla, confeccionada con plata repujada y pavonada (cubierta con un óxido de un tono azulado oscuro para evitar su deterioro), además de latón, telas y cuero, estaba muy oxidada.
Figueroa sostuvo que además de la limpieza, la silla requiere de la aplicación de un fungicida y de un nutriente para la piel, y la sujeción de elementos sueltos y bordados, además de aplicar un barniz de protección.
La parte superior de la montura, donde reposa el jinete, está hecha con madera y forrada con pergamino con un medallón de plata.
Presenta una inscripción en la que se puede apreciar el lugar donde se elaboró y el nombre del fabricante.
Así, se sabe que el artesano Domingo Serrano fue el responsable de su hechura, y que tenía su taller en Los Reyes, La Paz, en el central Estado de México, en la calle Simón Bolívar, número 10.
Esta información, que puede parecer meramente anecdótica, resulta de gran importancia debido a que algunos especialistas dudan de que realmente se trate de la silla en que murió Zapata porque no presenta impactos de bala, aunque admiten que es probable que perteneciera al revolucionario.
Sea o no la silla donde murió Zapata, lo cierto es que en Morelos es parte fundamental de la leyenda del revolucionario, por lo que cuando la silla volvió al estado el pasado verano se hicieron grandes festejos a su paso, actos que se repetirán cuando próximamente regrese al museo.
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