México

La mano que peina a Peña Nieto

Por Vicente BELLO

Debate de punto fino. Pero chorreante de ironía. “Nuestra democracia es una carretera en medio de la selva”, había citado Juan José Rodríguez Prats (PAN, Tabasco) al constitucionalista Sergio García Ramírez.

 Pero así, Francisco Arroyo Vieyra (PRI, Guanajuato) le respondía: “¡Qué razón tiene cuando cita a don Sergio!” Y le apostillaba: “Cierto, pero de repente por esa carretera sinuosa, llena de baches con peajes muy altos… se nos aparece un conductor desconcertado, atropellando a todo lo que se le pone enfrente”.

Discutían aprobar o no un punto de acuerdo en el que exhortarían al IFE a parar el activismo por la Presidencia en 2012 del gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto. Pero aquellos dos ya se traían de las orejas desde que inició la sesión.

Rodríguez Prats, con la ayuda manifiesta del presidente Gustavo Madero, intercaló en el orden del día, al comienzo del sesionar, un tema que no había sido considerado para ello: el tema del exhorto al IFE, con dedicatoria a un Peña Nieto centrado con uno de esos latigazos verbales que sólo Rodríguez Prats es capaz de asestar: “el candidato de la ultraderecha, que anda en plena campaña”.

Iniciaba la sesión de la Comisión Permanente. A contrapelo del reglamento --eso criticaban los priistas-- el PAN subía a la tribuna un tema que antes tenía que haber ido a comisiones. El voto lo decidió: PAN, PT y PRD contra PRI y PVEM. Dejaron el debate para el final de la asamblea.

Un amnésico Rodríguez Prats abrió la discusión con argumentos que el PRI y PRD han restregado múltiples ocasiones al PAN, desde 2006, teniéndolo a él como el gran escudero del partido en el Gobierno. Que la manipulación de la voluntad ciudadana; que los medios para hacerse publicidad; que es una amenaza verdadera para la democracia…

Y no, no hablaba de Felipe Calderón, sino de Peña Nieto. Había evocado también el Artículo 134 Constitucional, para argumentar que Peña hace “evidente su actitud desbordada y ambición”. Y hasta aseguró que Peña es la ultraderecha, de la “que Octavio Paz decía que no tiene principios, tiene intereses”.

Entonces apareció Francisco Arroyo Vieyra: “Lamento que esté terminando usted la LX Legislatura tratando de encontrar luz, de tal suerte que lo tomen en cuenta para futuras encomiendas”.

Arroyo aludía la conclusión del trienio legislativo de Rodríguez Prats, que deja de ser diputado federal este 31 de agosto. El guanajuatense así latigueó el lomo al tabasqueño: “Usted encontró en la figura de Peña una víctima exacta para lograr sus propósitos”.

Y entonces el priista arguyó también: el IFE, el 22 de julio, resolvió que las apariciones de Peña en televisión no es propaganda gubernamental.

Arroyo sabe caminar tan bien como Rodríguez Prats en este territorio de cínicos, que es el Poder Legislativo. Es más, lo dijo con naturalidad. Y hasta dijo que Peña es de “enorme popularidad, que entiendo tanto le molesta”. Y fue cuando al panista lo asegundó así: “Acudió a algunos eventos, inclusive acompañado por el Presidente Calderón, a quien no veo que le reclame usted nada”.

De filigrana el debate, a pesar de la ironía. “No le voy a venir a contar lo que es la ultraderecha”, saeteó el guanajuatense al tabasqueño otra vez. “Terrible, infausta, decimonónica; la que cuarta libertades. La que quiere en Guanajuato prohibir las candidaturas comunes; la que gasta millones alocadamente, dilapidando”.

Para madrear en el debate no hay como los priistas. Arroyo al ex priista Rodríguez Prats: “Ojalá le den chamba, porque esta (Comisión) Permanente está acabando”.

Pero, comprobado, nadie tiene la zalea tan dura como un político. Rodríguez regresó. “¿Que soy protagónico? Sí, senador. ¿Qué político no lo es y qué político no quiere sacar la cabeza? Se lo acepto”.
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