México

La lucha partidista ''atrapa'' al IVA

El Estado desaprovecha alrededor de 180 mil millones de pesos por no generalizar la aplicación del impuesto al consumo

CIUDAD DE MÉXICO (13/SEP/2010).- Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la negativa de los actores políticos para cargar con el costo político de una reforma integral que generalice el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a alimentos y medicinas explica la baja recaudación que registra el país en comparación con naciones latinoamericanas y europeas. México hoy capta menos de 4% del Producto Interno Bruto (PIB) por este concepto.

Ante la caída de la producción petrolera y el previsible agotamiento de las reservas en unos 10 años, la economía nacional necesita de ingresos estables y permanentes que alimenten el presupuesto federal.

Actualmente, el IVA aporta más de 480 mil millones de pesos anuales al presupuesto. La eventual generalización agregaría 40% de recursos extra.

Así, México deja de percibir más de 100 mil millones de pesos por el simple hecho de no cobrarle IVA a los que más consumen: los sectores más pudientes, dato que se desprende del análisis del proyecto de ingresos tributarios remitido por el Ejecutivo al Congreso.

De seguir el actual esquema, se dejan de obtener recursos que ascienden, por ejemplo, al presupuesto agregado del Distrito Federal y Jalisco, segunda y cuarta entidades con más recursos a nivel nacional.

Con ese dinero el Gobierno federal podría obtener recursos necesarios para incrementar el acceso de las familias al programa asistencial Oportunidades, o incrementar 60% todo el presupuesto destinado a educación.

A diferencia de lo que se cree, si el Estado generaliza la aplicación del IVA a medicinas y alimentos, las personas con menos ingresos no serán, forzosamente, las más perjudicadas, prevé el programa de Presupuesto y Gasto del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).

Esto, siempre y cuando el Estado encamine los recursos hacia instrumentos de equidad social, como son la educación pública, los sistemas de salud y los programas sociales. De conseguirse el objetivo, los más beneficiados serían, precisamente, los sectores más vulnerables.
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