México

La esclavitud del siglo XXI

En estos momentos México está catalogado como una fuente de personas para la trata, así como el tránsito y destino de dichos seres humanos

Nuestra sociedad ha avanzado enormemente en muchos campos: la medicina, la tecnología, la economía, la psicología, en fin, en todos los campos del conocimiento, sin embargo en materia de la trata de personas lamentablemente tenemos grandes rezagos, al grado de que hoy en día se cataloga a este delito como el crimen con el tercer lugar en generación de ganancias a nivel mundial.

Pero ¿qué debemos entender por “Trata de personas”? Según la ONU, este delito se refiere a “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación”.

En esta definición, el organismo multinacional agrega: “La explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos”.

Para darnos una idea del tamaño de esta actividad ilícita, le puedo comentar que se estimaba en 2007, según la Organización Internacional del Trabajo, que el número mínimo en el mundo de personas en explotación laboral, incluida la explotación sexual, como consecuencia de la trata de personas en un momento dado, es de 2.5 millones.

La trata de personas significa para el crimen organizado la tercera fuente de ingresos, sólo por debajo del tráfico de armas y obviamente el negocio de las drogas. ¿Se imaginan qué pasaría si se legalizaran las drogas? Muchos expertos comentan que estos otros tipos de delitos irían automáticamente a la alza.

En estos momentos México está catalogado como una fuente de personas para la trata, así como el tránsito y destino de dichos seres humanos.

Los grupos considerados más vulnerables para la trata de personas en México incluyen a las mujeres y los niños, las personas indígenas, y los migrantes indocumentados.

Según estimaciones oficiales, en nuestro país más de 20 mil niños mexicanos son víctimas de la explotación sexual originada por la trata cada año, especialmente en zonas fronterizas y turísticas; este problema continúa creciendo en México, especialmente en áreas tales como Acapulco y Cancún, y ciudades norteñas de la frontera como Tijuana y Ciudad Juárez.

Los turistas extranjeros llegan a menudo de los Estados Unidos, de Canadá, y de Europa occidental.

Hace poco entrevisté para mi programa de televisión Seguridad Total, a dos jovencitas que fueron víctimas de la trata de personas.

Las dos eran hijas de familia a las cuales las empezaron a cortejar jóvenes que aparentaban querer tener una relación seria. Las enamoraron, se casaron con ellas y luego las convencieron de mudarse a otra ciudad para probar suerte.

Una vez que las desconectaron de sus familias, las prostituyeron ya sea con engaños y promesas o con amenazas y golpes.

Es triste escuchar estos casos y aún más cuando vemos las cifras de que la trata de personas se estima que arroja ganancias de hasta 15 mil millones de dólares cada año, eso quiere decir que de no combatirse, en poco tiempo podría desplazar al narcotráfico en cuestión de ingresos.

La ignorancia, la baja autoestima de algunos niños o jóvenes, la pobreza, la violencia doméstica, la marginación y la deserción escolar son factores que facilitan la trata de personas.

¿Pero qué estamos haciendo en México para atacar este problema?

En noviembre de 2007 se promulgó la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas, y su reglamento a nivel federal, publicado en febrero de 2009; ese mismo año, 22 estados mexicanos y el Distrito Federal decretaron reformas en su código penal, que tipifican algunas formas de trata de personas, y únicamente el Distrito Federal y Chiapas cuentan con leyes específicas sobre la materia.

Lamentablemente la ley contra la trata de personas con el paso del tiempo ha demostrado que es insuficiente, no está proporcionándoles a los fiscales del Ministerio Público los elementos para poder actuar adecuadamente ante estos delitos, ni a los jueces tampoco.

La ley que hoy existe, que fue un gran esfuerzo de los legisladores, desgraciadamente en la práctica tiene muchas áreas grises, no están claras las competencias que hay para cada uno de los órdenes de Gobierno, por ello actualmente se están proponiendo algunas reformas importantes, las cuales esperemos sean aprobadas pronto.

Como sociedad debemos buscar incidir más en la mejora de los marcos jurídicos y políticas públicas, tanto a nivel federal como estatal, buscando combatir la trata de personas en tres áreas: la prevención, el procesamiento del delito y la protección de víctimas.

Es muy importante hacer visible el delito de la trata de personas, ya que éste ha crecido porque no hablamos de su existencia, debemos generar mayor conocimiento en torno a la complejidad y dimensión del problema en nuestro país, apoyando campañas de educación y concientización, promoviendo que cada vez más personas nos sumemos a la lucha contra la trata de personas en México, y generar habilidades en las personas, sobre todo los jóvenes, para que puedan identificar los riesgos de la trata de personas, que dejemos de verlo como algo distante o ajeno, de otra manera no se podrá reducir el tamaño de este delito, y seguirán padeciéndolo los más vulnerables de nuestra sociedad.
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