México

La economía creativa en México

Los funcionarios no cesan de decirnos que somos un país megadiverso y rico culturalmente, pero sin muestras de voluntad política

México es líder en economía creativa en América Latina y el número 18 a nivel mundial, según el estudio reciente de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), y el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD), titulado Informe sobre la economía creativa 2010.

La Organización de las Naciones Unidas, cabeza de estas organizaciones, destaca el valor de las exportaciones mexicanas relacionadas con la música, los videojuegos, los libros, la televisión, el cine; nuevos medios, imprenta, artes visuales y dramáticas, así como a los servicios creativos. Un mercado creativo que registra 1.3% del mercado mundial. El estudio revela que el valor de nuestras exportaciones en este mercado en 2008 fue de cinco mil 167 millones de dólares, con una tasa de crecimiento anual de 9.1% a partir de 2003 (Véase en http:www.unctad.org/en/docs/ditctab2013_en.prd).

Lo anterior se da, a pesar de que México no cuenta con una política pública que impulse este sector. Si bien se ha avanzado en estudios que nos permiten saber cuántas inversiones atrae el sector, cuántos empleos y exportaciones genera y cómo atrae al turismo, no existe una política integral. Insisto, este primer lugar se da a pesar de que se mantienen por separado los organismos dedicados a las artes, el patrimonio y las culturas populares, a pesar de que como señala García Canclini, el Gobierno mantiene dispersas las actividades de los medios masivos, la regulación de contenidos, los intercambios culturales y comunicacionales con otros países. Y ya no digamos la elaboración de posiciones propias en cultura y telecomunicaciones para participar en organismos internacionales como la UNESCO y la OMC.

Por otro lado, no hay sintonía entre el discurso político y la vida cotidiana, como bien apunta la antropóloga Lourdes Arizpe; entre los programas oficiales y las prácticas culturales; entre la educación en las aulas y la realidad fuera de ellas; entre el pensamiento académico y las discusiones en el Poder Legislativo. Los funcionarios no cesan de decirnos que somos un país megadiverso y rico culturalmente, pero sin muestras de voluntad política. En su momento Sari Bermúdez, a pesar de sus logros en su intención por hacer de la cultura un tema central de la agenda política, no tuvo el apoyo suficiente. Sergio Vela y el mismo Presidente Felipe Calderón han señalado que la cultura es una potente herramienta para el desarrollo, falta ve cómo lo potencian dentro de esa peregrina idea de la actual titular del Conaculta, de hacer una política cultural para el siglo XXI. Esperemos que el liderazgo de México en industrias creativas invite al Gobierno a dar coherencia a sus acciones. De lo contrario, estaremos una vez más como decía Efraín González Morfín, queriendo hacer lo imposible en el futuro, sin realizar lo posible en el presente.
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