México
La economía, a debate
Por Vicente BELLO
Seguían perplejos, estupefactos. Y vaya que coincidían, porque tanto uno como otro no hablaban más que de la “necesaria unidad”. Así discernían, cada cual por su lado, los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática. Si se trata de hacer un buen papel en 2012, tendrán que reagrupar filas, decían, reiterativos, en uno y otro bando. El Partido Revolucionario Institucional, en cambio, les ha tomado evidentemente la delantera en un tema abrasador para la vida del país: la economía.
Manlio Fabio Beltrones afirmó: “Creo que hace (el Gobierno federal) un planteamiento al revés: primero se piensa en recaudar sin revisar si se está gastando bien (aludía directamente a la condición de los subejercicios); y la gente no se merece el que les volvamos a infligir un nuevo sacrificio con un cargo impositivo adicional, como puede ser el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en alimentos y medicinas”.
La gente del PRI también se ha estado mirando estos días como el corredor que pretende escapar del resto del grupo desde el arranque mismo. Ayer, mientras perredistas y panistas invocaban a la unidad como paso fundamental para competir hacia fuera, el PRI ha comenzado a tocar el tuétano de las políticas públicas.
En voz del mismo Beltrones, el PRI ha lanzado una advertencia a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de que elija bien por cuál de los dos impuestos a la producción se van a decidir: si por el Impuesto Especial a Tasa Única (IETU) o el Impuesto sobre la Renta (ISR). Pero nunca por los dos. Como tampoco que ni le muevan con la aplicación del IVA —impuesto al consumo— a alimentos y medicinas.
La golpiza que el PRI les propinó el 5 de julio no fue para menos. Los reflejos y pensamientos de perredistas y panistas estaban abocados a recuperar el equilibrio; a entender lo que les sucedió; a aclarar la mente.
El PRI tiene una semana entera de estar machacando en que la República requiere con urgencia un plan de emergencia económica. Y no sólo eso: ha comenzado a meter el debate ya en torno de una “necesaria” reforma fiscal. Y ha urgido en el Senado que comiencen a ser discutidos los lineamientos generales de los presupuestos de ingresos y de egresos, que por ley deberá enviar el Ejecutivo federal a más tardar el próximo 6 de septiembre.
Una de las determinaciones que ayer tomaron los integrantes de la Junta de Coordinación Política del Senado, que preside Beltrones, consiste en el llamado a comparecer en comisiones —del 10 al 15 de agosto— a todos los secretarios del gabinete presidencial que tengan que opinar sobre los lineamientos generales de los dos presupuestos, ingresos y egresos.
El punto medular de tales comparecencias no es otro que establecer con claridad el tamaño del gasto, la calidad de su ejercicio y la quita de insuficiencias de su aplicación para que desaparezcan los subejercicios.
Y luego, entonces, habría que revisar de dónde provendrán los ingresos. Incluso Beltrones afirmaba: “A partir de esa definición, si necesitamos más recursos para poder estimular la economía y generar el crecimiento que todos quieren para que traiga el empleo que hoy se le está negando a millones de mexicanos, podríamos empezar a pensar en una reforma de carácter fiscal; pero hago la anotación que es muy conveniente”.
Beltrones, sin embargo, no estaba siendo lo suficientemente claro. Al menos en el caso del IVA. ¿Sostendrá el PRI la condición de tasa de excepción o tasa de 0% en alimentos y medicinas? Eso no lo dijo. Como tampoco siquiera rozó las propuestas añosas que ha hecho el PRD —ese otro partido que ha criticado fuertemente la política fiscal que, por cierto, ha avalado el PRI todos estos años—, respecto de quitar, verbigracia, regímenes especiales que tanto han beneficiado a empresas tamaño familiar.
Manlio Fabio Beltrones afirmó: “Creo que hace (el Gobierno federal) un planteamiento al revés: primero se piensa en recaudar sin revisar si se está gastando bien (aludía directamente a la condición de los subejercicios); y la gente no se merece el que les volvamos a infligir un nuevo sacrificio con un cargo impositivo adicional, como puede ser el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en alimentos y medicinas”.
La gente del PRI también se ha estado mirando estos días como el corredor que pretende escapar del resto del grupo desde el arranque mismo. Ayer, mientras perredistas y panistas invocaban a la unidad como paso fundamental para competir hacia fuera, el PRI ha comenzado a tocar el tuétano de las políticas públicas.
En voz del mismo Beltrones, el PRI ha lanzado una advertencia a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de que elija bien por cuál de los dos impuestos a la producción se van a decidir: si por el Impuesto Especial a Tasa Única (IETU) o el Impuesto sobre la Renta (ISR). Pero nunca por los dos. Como tampoco que ni le muevan con la aplicación del IVA —impuesto al consumo— a alimentos y medicinas.
La golpiza que el PRI les propinó el 5 de julio no fue para menos. Los reflejos y pensamientos de perredistas y panistas estaban abocados a recuperar el equilibrio; a entender lo que les sucedió; a aclarar la mente.
El PRI tiene una semana entera de estar machacando en que la República requiere con urgencia un plan de emergencia económica. Y no sólo eso: ha comenzado a meter el debate ya en torno de una “necesaria” reforma fiscal. Y ha urgido en el Senado que comiencen a ser discutidos los lineamientos generales de los presupuestos de ingresos y de egresos, que por ley deberá enviar el Ejecutivo federal a más tardar el próximo 6 de septiembre.
Una de las determinaciones que ayer tomaron los integrantes de la Junta de Coordinación Política del Senado, que preside Beltrones, consiste en el llamado a comparecer en comisiones —del 10 al 15 de agosto— a todos los secretarios del gabinete presidencial que tengan que opinar sobre los lineamientos generales de los dos presupuestos, ingresos y egresos.
El punto medular de tales comparecencias no es otro que establecer con claridad el tamaño del gasto, la calidad de su ejercicio y la quita de insuficiencias de su aplicación para que desaparezcan los subejercicios.
Y luego, entonces, habría que revisar de dónde provendrán los ingresos. Incluso Beltrones afirmaba: “A partir de esa definición, si necesitamos más recursos para poder estimular la economía y generar el crecimiento que todos quieren para que traiga el empleo que hoy se le está negando a millones de mexicanos, podríamos empezar a pensar en una reforma de carácter fiscal; pero hago la anotación que es muy conveniente”.
Beltrones, sin embargo, no estaba siendo lo suficientemente claro. Al menos en el caso del IVA. ¿Sostendrá el PRI la condición de tasa de excepción o tasa de 0% en alimentos y medicinas? Eso no lo dijo. Como tampoco siquiera rozó las propuestas añosas que ha hecho el PRD —ese otro partido que ha criticado fuertemente la política fiscal que, por cierto, ha avalado el PRI todos estos años—, respecto de quitar, verbigracia, regímenes especiales que tanto han beneficiado a empresas tamaño familiar.
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