México

La cuarta parte de la Constitución, a debate

Si finalmente se impulsa un cambio en las reglas democráticas, será necesario modificar una treintena de artículos de la Carta Magna

CIUDAD DE MÉXICO.- Las cartas están sobre la mesa. Cada uno de los tres actores más importantes del arco nacional tiene algo que decir con respecto a la reforma política. El Presidente de la República, con el apoyo de Acción Nacional; el Partido Revolucionario Institucional y la tríada de izquierda que conforman el PRD, PT y PC han presentado en la Cámara de Senadores sus respectivas propuestas de reformas a la Constitución, conocida como Reforma Política del Estado.

Los tiempos políticos dirán cuándo iniciará el gran debate. Se tata, ni más ni menos, de cambiar radicalmente o modificar al menos, el contenido de una cuarta parte de los 136 artículos constitucionales.

Pero, ¿realmente modificarán el modo de caminar de la República? Ejecutivo Federal, PRI y la tríada aseguran que de eso se trata, y juran, por igual casi, que el propósito no será otro que darle más poder a la gente, al ciudadano de a pie. Y, para ello, han dicho sus diferentes exponentes en el Congreso, crearán nuevas figuras electorales de participación ciudadana.

Institutos tales como la iniciativa ciudadana, plebiscito, referéndum, consulta popular, candidatura independiente, segunda vuelta presidencial, reducción de legisladores plurinominales, reelección legislativa y municipal, acaparan la atención de un debate que, promete, colocará una bisagra en la forma de hacer política.

Que cuál de las tres propuestas de reforma política es la más avanzada, la más aspiracional de democracia, la que realmente más comulga con la participación ciudadana… es una pregunta fácil de responder, si uno se va con la finta, la primera versión pues, de lo que cada cual por su lado dice. Nadie se quiere quedar atrás. Lo difícil viene cuando se miran los detalles, porque una y otra vez aparece la cola del diablo. Los tres actores incurren en simulación de participación ciudadana. Pero, también los tres, aportan sin duda influjos renovados de democracia participativa a la República.

El pasado martes 23, el Revolucionario Institucional del precandidato presidencial Manlio Fabio Beltrones, en el Senado, dio a conocer apenas su propuesta de reforma política (pero el PRI de San Lázaro, controlado por el otro precandidato priista, el gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, anunció el jueves, que tendrá la suya en dos semanas.

Previamente, el martes 16, fue la triada PRD-PT-PC que presentó la suya, y el martes 15 de diciembre de 2009, hizo lo propio el Presidente Calderón.

Las cartas están puestas sobre la mesa. Ha llegado la hora de jugar.

Manlio Fabio Beltrones insta a agilizar el trámite

Es necesario dejar atrás los discursos y agilizar la aprobación de la Reforma Política que requiere el país, señaló el coordinador parlamentario del PRI en el Senado, Manlio Fabio Beltrones.

Urgió a evitar los “mensajes encontrados” y crear un ambiente de confianza para que los acuerdos se logren entre los partidos en el Senado.

“Es tiempo de cumplir los compromisos de Reforma Política, dejar atrás los discursos y mensajes encontrados, y gobernar diciendo sí a las reformas que den rumbo a México. De ahí la importancia de no obstaculizar y confundir más, y crear condiciones de confianza y transparencia que permitan construir acuerdos”, expresó el senador priista en un comunicado.

Beltrones resumió la propuesta de Reforma Política tricolor en dos vectores: plantea la modernización del régimen presidencial y amplía los cauces de participación y representación ciudadana.

El legislador priista consideró que el tiempo para reformar el régimen de gobierno “apremia”, porque el “malestar ciudadano es creciente por la inseguridad pública, el desempleo y el alza de precios”.

El presidente de la Comisión de Reforma del Estado en el Senado (PRD), Graco Ramírez, pidió a los senadores que “antes que nos digan mejor váyanse, porque no sirve ninguno, atendámoslo; mejor partamos de la base de que todos estamos obligados a hacer lo que tenemos que hacer”.

Calderón, reprobado

En un año la aprobación del trabajo del Presidente Felipe Calderón cayó 13 puntos.

A diferencia de marzo de 2009, cuando 54% de la población aprobaba la gestión del mandatario, hoy 41% la avala, es decir, seis de cada 10 mexicanos no está satisfecho plenamente con el desempeño del titular del Poder Ejecutivo, de acuerdo con los datos de la encuesta trimestral realizada por Berumen y Asociados y auspiciada por El Universal.

Según los datos arrojados por la encuesta el pasado mes de diciembre la aprobación del trabajo realizado por el presidente Felipe Calderón era de 50%; otro 16% ni aprobaba ni reprobaba su desempeño y 33% lo “reprobaba mucho o algo”.

Tres meses después, la aprobación presidencial cayó 9% para ubicarse en 41%; el número de personas que ni aprueban ni reprueban pasó a 21% y el número de entrevistados que “reprueba mucho o algo” creció a 36%.
La caída en un año de 13% en los niveles de aprobación del presidente Felipe Calderón Hinojosa tiene su explicación —según politólogos consultados— en los estragos que la crisis económica del año pasado causó al país, en los altos niveles de desempleo y en los bajos estándares de bienestar de la población.

Los politólogos Alberto Aziz Nassif y Mauricio Merino coinciden además en que el desgaste en la imagen del Presidente es parte de los “costos de gobernar”, pues casi todos los gobiernos sufren un proceso de deterioro progresivo, porque les resulta prácticamente imposible cumplir todas de las promesas que formulan al comienzo de sus periodos, aseguran.

Alberto Aziz, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), agrega que otro factor que impactó negativamente en la aprobación del jefe del Ejecutivo ha sido la ola de violencia e inseguridad, principalmente las registradas en ciudades del Norte del país.

“Este asunto, donde el método de combate contra el crimen organizado no está funcionando, donde el gobierno del Presidente Calderón puso buena parte de sus apuestas políticas; el caso de la masacre de jóvenes en de Ciudad Juárez, y ahora la situación de Tamaulipas, que están bajo el control abierto del crimen, afectan de forma directa al Presidente”.

Aunque para Merino Huerta, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), es difícil asegurar que estas “bajas calificaciones” se deban a un costo por inseguridad.

“En otras mediciones, la mayoría de los encuestados ha aprobado la estrategia de combate al narcotráfico que se puso en marcha desde hace tres años. Pero yo me inclinaría sin duda por la crisis económica, el empleo y el poder adquisitivo”.

Los especialistas coinciden en que las últimas intervenciones de Calderón para colocar temas en la agenda pública han sido desafortunadas: su decálogo para transformar al país y la Reforma Política.
Mauricio Merino asegura que “frente a la contundencia de los hechos, esos discursos solamente contribuyen a construir la imagen de un Presidente que habla mucho, pero resuelve poco”.
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