México
La ciudad y el sexo
Se está retomando el debate sobre la legalización de la prostitución en la Capital del país
Cuando Holanda legalizó la prostitución, ésta representaba 5% de la economía y la regulación aumentó el mercado a 25%. Ahora quieren abolirla. Otros países, incluidos Filipinas e Italia, implementan leyes que provean a las mujeres de oportunidades educativas y económicas para apropiarse de su cuerpo y sexualidad y no verse forzadas a prostituirse por pobreza.
Mientras 35 países intentan penalizar a los compradores y abatir la trata de mujeres y menores, un grupo en México buscaría fortalecer a la industria del sexo vinculada con mercados ilícitos. Otro pretende demostrar que la legalización aumenta la demanda, ya que el mercado se rige por leyes de oferta y demanda.
Urge este debate formal no desde las pasiones irreflexivas, sino desde argumentos razonados, considerando que en un proyecto de ley se deben analizar tres componentes: el formal normativo (leyes y normas, tratados internacionales existentes), el político-cultural, que analiza intereses, costumbres, tradiciones, vicios y constructos sociales (sexismo, machismo, etc.). Y el componente estructural, es decir, cómo interpretan las leyes quienes administran e imparten justicia y los que las aprueban y debaten.
Valdría la pena aportar indicadores de qué porcentaje de la sociedad mexicana avala esta ley, e incitaría honestamente a sus hijas, nietas o esposas a entrar en la “profesión dignificada de la prostitución”. Conocer su postura sobre los derechos de las mujeres y si saben de los tratados internacionales sobre prostitución y trata de personas confirmados por México. Hacer un mapeo de qué hombres compran sexo y porqué lo hacen. Por último, quienes toman decisiones deberán estudiar el mapa del mercado ilícito alrededor de la explotación sexual y su vinculación con la normalización cultural de la violencia contra mujeres en general. Habrá que involucrar a toda la sociedad, a las y los jóvenes también. Pues sin todos los actores y componentes del debate, esta propuesta no sería más que una trampa para enriquecer a la industria que explota a mujeres, niñas y jóvenes mexicanos.
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